Susana Rodríguez nació en Buenos Aires, estudió en la Escuela de Bellas Artes Beato Angélico y luego se perfeccionó en grabado en el taller de Aída Carballo. En el año 1975 se recibe de Profesora Superior de Grabado en la Escuela Prilidiano Pueyrredón. Luego, en diferentes talleres aprende Serigrafía y Litografía.
Susana invitó a Nagari a su apartamento/estudio en el Condado de Broward. Un amplio y luminoso ambiente en un complejo donde se respira una atmósfera muy tranquila, ideal para poder abocarse de lleno a su trabajo.
Las paredes de la sala muestran sus obras.
Mientras ella está en la cocina preparándome una gaseosa con limón, recorro sus cuadros. Veo que hay diferencias entre unos y otros y le pido que me explique. Me cuenta que son distintos períodos en los que en cada uno de ellos, desarrolla una temática.
¿Cómo surgen los temas?
“Los temas surgen de repente, de manera natural.”
Se compara con un fotógrafo. Dice que cuando ve algo que le interesa, o que le importa, enfoca su cámara y se va acercando cada vez más a su objetivo para detallarlo a través de su lente. Comienza con una idea, pero después va buceando dentro de sus propias obsesiones, y en esa búsqueda aparece todo ese despliegue de cosas que el artista y que el ser humano tiene en su interior.
Me sigue explicando de sus períodos, que por lo general duran más o menos unos ocho años. Cronológicamente, estas series comienzan con Las Escrituras, que son obras totalmente abstractas, como nervaduras, como sombras, donde utiliza obscuridades, claridades y vacíos, con esto, ella nos está contando algo. Estas formas se van disponiendo como si fueran renglones.
Por varios años se dedica a este tema hasta que decide buscar algo concreto como punto de partida y elige una hoja. Es cuando da comienzo al período que ella llama Las hojas, que va a durar otros 8 años. Aparece la idea del herbario. Utiliza entonces algo real para hacer las escrituras y emplea este elemento para contar una historia, porque su idea es escribir dibujando, decir, sin poner palabras. Piensa en ese momento que las hojas son diferentes memorias y en su trabajo, lo desarrolla como una metáfora.
Las Memorias, es otro de sus períodos y según ella, las memorias de verdad aparecieron cuando se fue a vivir a New York, donde recopiló todas las cosas que tenía de la infancia: sus cuadernos, las fotos con los padres en la playa, en Mar del Plata. Considera maravilloso, que gracias a su madre, que tenía la costumbre de guardar todo, ella pudo investigar y bucear en su memoria.
Conversamos más acerca de las memorias y del recuerdo que nos lleva inevitablemente al paso del tiempo, que es otro tema que le interesa. Cómo el tiempo se va, se evapora, cómo las cosas van mutando; también la mutación es algo que le preocupa mucho.
“A veces hago dos o tres cuadros que van cambiando como si fuera una película”.
La mutación, el paso del tiempo y la muerte, son temas fuertes que se repiten. Pero ella ve la muerte no como algo angustiante sino como una experiencia.Me cuenta que en Las Memorias, una vez que recuperó y recopiló todos esos recuerdos, empezaron a aparecer lo que ella llama “las hilachas”, esa falta de memoria, como que todo se va diluyendo y es ahí cuando aparece la segunda época de esa serie.
Hacemos una pausa donde me ofrece unas deliciosas trufas de chocolate y luego de saborearlas, le pregunto si surge primero la idea y luego busca los recursos, o mirando las fotos del pasado surge la idea.
“Creo que hay cosas constantes como en los directores de cine, temas recurrentes que me preocupan, obsesiones, como en las películas de Ettore Scola que me emocionan muchísimo, porque utiliza temas que me llegan muy profundo. Creo que la idea de las memorias siempre estuvo.”
¿Susana, cuando comienzan las series de Las sombras?
“Yo vivía en New York, una ciudad tan fuerte, que amo, pero que es tan fuerte, tan especial… Llegó un momento que sentí que las personas eran como sombras, tuve esa sensación. En general todo nace de sensaciones muy intensas, que después voy aclarando para saber qué pasa, y cómo las voy a representar. Empecé a sentir que esas personas por momentos parecían sombras porque eran obscuras, sobre todo en los subtes, cuando la gente subía y bajaba, y además tanta gente…. Después cuando voy una vez a Buenos Aires me di cuenta que usaban maniquíes con una banderita que se movía, para que pararan los coches. Parecían personas, entonces ahí empecé a distinguir esa mínima diferencia entre lo real y lo irreal y bueno, ahí entonces empezó a nacer la idea de las sombras, y las empecé a poner en foco con un montón de personas que estaban como caminando, pero después las empecé a profundizar y empecé a trabajar con grupos separados y luego como vínculos entre los seres humanos. Las relaciones, es otra cosa que a mí me preocupa mucho, de la familia, de las mujeres solas, de las soledades, y ahí se multiplicó en varios trabajos y quedó la serie de las sombras.
Contame de esta última etapa tuya la de Las Visiones.
“Las Visiones son como sueños, imágenes oníricas, una mezcla de cosas reales y cosas no reales pero que me remiten a algo que tiene que ver con el misterio, con algo nebuloso, con algo que a veces se mezcla más en otra frecuencia, que no es del todo la realidad sino que es un sueño o una ilusión.”
Algo que utilizás mucho es la mezcla de técnicas.
“El secreto de mezclar las técnicas, en mi caso, es maravilloso, adoro la mix media, la técnica mixta, porque creo que la técnica mixta tiene algo de misterioso. La persona cuando ve la obra, siente que hay algo que se multiplica, y eso se debe a esa mezcla. En mis últimas obras utilizo mucho esta técnica. En Las Memorias mezclo mono copia con las plantas y los transfers de mis cuadernos junto con la pintura.”
Me comentaste que a veces das seminarios.
“Sí, cuando puedo lo hago porque me encanta enseñarle a los artistas cómo hacer para utilizar estas diferentes técnicas para hacer un collage, es muy interesante porque da una irrealidad de lo que se está viendo.”
Susana va sacando obras que tiene guardadas, me muestra una donde hay una casa, que es una foto, todo lo demás está pintado. Me enseña otra con la misma casa pero con diferente entorno y me explica:
“Hay dos cosas interesantes, lo primero que se percibe es que es una irrealidad porque es diferente el tratamiento y el ojo se da cuenta que ese objeto está disfrazado, uno nota que hay algo inquietante. Lo segundo es que utilizo esa misma casa en otra obra pero con distinto background , otro escenario y entonces esa casa se puede interpretar como si fuera un ser humano o como si fuese una situación, puede ser la familia, el lugar donde uno se crió. El cambio de ambiente, es un poco lo que le pasa al ser humano, uno sigue siendo uno en las buenas, en las malas, pero trasladado a diferentes ámbitos.”
En estas obras algunas se ven luminosas y otras muy obscuras. La parte inferior también cambia mucho, a veces parece como agua, donde uno siente que es casi imposible llegar a esa casa, y en otra el suelo es más terroso…
“Sí, esto está hecho con el propósito de desarrollar ese concepto”.
Seguimos con la serie de Las Visiones, inspiradas en sueños. En estas obras ella sugiere, nos da pistas para despertar sensaciones o recuerdos. Nos puede parecer algo onírico pero también puede ser algo real, hay un poco de romanticismo y de naturaleza.
Le señalo un cuadro donde el foco central es una puerta de rejas blancas donde atrás se ve una escalera, todo está rodeado de una espesa vegetación, la imagen nos sugiere algo misterioso…
“Es para que uno se pregunte: ¿esa puerta con esa reja, qué protege, que hay detrás de ella? Por momentos parece abstracto, por momentos realista.”
Me muestra otras obras donde se mezclan elementos eróticos, animales prehistóricos.
“El animal prehistórico me hace sentir mucho la idea esa del sueño, del pasado.”
“Es increíble como los artistas tenemos esas obsesiones que las llevamos toda la vida porque fijate que de manera totalmente diferente vuelve a aparecer el pasado, las memorias, la existencia”.
El tiempo es otra de sus obsesiones, en su casa no tiene relojes, no le gusta escuchar el tic tac que se traduce como el paso del tiempo. No le gusta sentir que los minutos se están yendo.
Cuando hablás de tus obras sabés muy bien lo que estabas tratando de transmitir, ¿es algo que elaborás de antemano?
“Generalmente me gusta analizar lo que hago, pero lo analizo después, no en el momento, porque se me puede trabar lo que estoy haciendo, yo salgo con total libertad y una vez terminado, lo miro y lo analizo pero antes no, porque no quiero que nada cuarte lo que estoy sintiendo en ese momento”
Susana vuelve a enlazar una de sus obras con el cine, nombrando la película de Fellini, “Julieta de los espíritus”, donde hay una escena en la que aparecen unos caballos y un barco que se acercan a la playa, como en esos sueños donde uno tiene imágenes que se traducen en símbolos. Me cuenta que esta serie no se expuso nunca todavía, y que pronto va a estar en una muestra muy importante en Bs As.
Sigue trayendo cuadros, me dice: “Ésta es súper especial, se llama La pesadilla se fue.”
En ella se ve la parte de atrás de un pájaro que podría ser un murciélago, que se está alejando, me cuenta que esta obra fue una de las primeras de esta serie.
¿La pesadilla sería un sueño recurrente?
“En realidad yo puse La pesadilla para usarlo más como una metáfora, es algo que a uno le hizo mucho daño o lo preocupó mucho, algo de la historia de uno que se acaba. A veces en la vida hay que hacer operaciones en el alma de cosas que uno tiene que sanear, cosas que no sirvieron, que no van, entonces me pareció perfecto cuando se me ocurrió la idea de esa última parte del animal que se está yendo, me pareció la imagen de algo que se acaba”.
Susana me confiesa que le tiene fobia a las aves, por eso pienso que ese animal alado representa muy bien su pesadilla.
En la serie de Las Visiones, todos sus trabajos tienen siempre clues, como pistas de cosas que se mezclan en la existencia y en los sueños.
Susana trae para mostrarme un libro espectacular que diseñó su hermano que es diseñador gráfico en New York, Raúl Rodríguez.
Allí están todas sus obras y a medida que vamos pasando las páginas, me va contando.
“Las mutación es otra cosa que a mí me preocupa mucho. Por ejemplo en las escrituras había toda una serie de dibujos que mutaban que se iban yendo, porque siempre está en mí la idea de vida y muerte o cosas que se pierden, cosas que se van, entonces hice lo mismo con las hojas y después pinté unas obras en las que aparecían hojas que se convertían en corazón, como que de lo insensible, aparecía algo sensible, algo cálido: el amor. El corazón es algo que me gusta mucho trabajar porque es misterioso, porque es milagroso, porque es orgánico, entonces a veces aparece en mis obras.
Me llaman la atención una serie de cuadros que parecen seguir la secuencia uno con otro y ella me explica que es como un rompecabezas, que es otra serie, pero ya en la parte final de las hojas.
Me lleva a otro cuarto donde están colgadas estas piezas y las puedo apreciar mejor. Los colores son cálidos: ocre, amarillo, verde, rojo, son muy sensuales.
“Aparecen estos cuadros que es un poco la idea de que continúen otros y continúen otros. Y junto con estos aparecen cosas que son como semillas, que tienen que ver con el nacimiento, la vida.”
“Cuando me fui a vivir a New York se me ocurrió usar unos rollos. Esto fue en el 87 cuando estaba haciendo las hojas. Quise hacer una muestra gráfica, usé ocho rollos, que yo los llamé “los rollos de mi existencia”, pero con la idea de rollo que tiene que ver con lo que nosotros los argentinos llamamos “rollo” que son los problemas de la vida. Iban del techo al piso, todos sobre la existencia, pero no eran melancólicos, sino lo que cuenta la infancia, las veces que me sentía sola, yo tenía muchas sensaciones difíciles, entonces, trabajé con todo eso. Una obra muy psicoanalítica.”
“Esta otra, La grieta del amor, es una obra que me gusta mucho, tengo el original e hice litografías con ella también. La idea de La grieta en el amor es porque a veces siento que en el amor pasa algo, se abre una grieta, donde todo parecería que se puede perder. Siempre tengo una sensación con los riesgos muy fuerte.”
“En Las Memorias aparecen los collages, son de la infancia, con plantas carnívoras, con pedacitos de escrituras, pero de vuelta está como el corte, como el que sufre, los padres, los recuerdos de la playa, y yo solita en el agua, que en realidad es cuando los padres no están más y uno se queda sola.”
“Tengo una obra que es de mi colección que es una mujer que se va, siempre yo me estoy yendo de un lugar a otro. Es de la serie de las hojas y es la única pieza de esta serie que tiene una técnica mixta, pues la mujer es una foto, todas las demás son pinturas.”
Después de tres horas de una interesantísima charla donde conocimos a Susana, una artista excepcional, intuitiva, una apasionada de lo que hace, la libero para que pueda seguir trabajando, pero antes de irme me obsequia el libro de sus obras, el que diseñó su hermano, sin dudas algo muy preciado para ella y ahora para mí. Este gesto fue el broche de oro para terminar una tarde estupenda. ¡Muchas gracias Susana! AF
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