A veces nos encontramos frente a una circunstancia o nos enteramos de situaciones que nos impresionan. Inmediatamente sentimos la necesidad de dar nuestra opinión –bien o mal– y aun sin saber exactamente de qué se trata, ni como influyen nuestras interpretaciones. Por otro lado, existen personas que descubren un lenguaje único para comunicarse y manifestar todas sus inquietudes, sean estas sociales, políticas o ambientales, logrando demostrar de un modo diferente su interés, su participación y hasta invocan una exhortación de censura por parte de la sociedad, ante ciertos temas. Una artista reconocida y de mi estima que sabe cómo traducir ciertas inquietudes con una grafía particular es Marta Estrems.
Esta creadora no teme utilizar pequeños o grandes formatos y tampoco se inquieta de cuántos materiales requiere para cada pieza. La artista ha aprendido a diversificar cada proyecto y adaptarlo a su necesidad de comunicación y de cómo esté dispuesta a ofrecer su temática para el público espectador. ¿Tal vez grandes propuestas, grandes lienzos?
La artista atrapa y suelta el carboncillo. Con sus manos impregna el lienzo de colores suaves, de sepia y terracotas. Nuevamente toma el carboncillo o lo cambia por algún lápiz de pastel al óleo para que su público fije la mirada en aquellos puntos de tonalidades a veces tenues o en aquellos otros, que son como pequeños destellos de luz.
La irradiación en sus piezas no siempre nace del blanco, ni de las gradaciones claras que la creadora esparce sobre el lienzo, ella también refleja sobre este medio o el de su elección para el caso, una explosión de tintes negros y nos deslumbra con tanta oscuridad, logrando transferir nuestra mirada hacia espectros diversos que también nos podrían enceguecer. En cada una de estas piezas, el espectador que esté frente a la obra deberá interpretar el episodio ilustrado de acuerdo con el título (por ejemplo: Ablación, Pandemia, Dream Catcher, Reborn), según le indique su percepción.
Aunque Marta Estrems recurre al pastel además del carboncillo, y podemos considerar que estos elementos son sus preferidos, del collage que esté en progreso va a depender de cuánto le demanda la pieza, para que el volumen y la cadencia de su ejecución artística estén en perfecto equilibrio y/o hasta que nazca una nueva obra abstracta de la creadora, que evidencie su discurso.
Con los pies descalzos y conectados a su entorno, la artista se detiene ante la blancura de la tela. Mira fijamente ese vacío que la provoca y le exige un discurso. El desafío de hacer volar sus pensamientos y plasmarlos, de recorrer valles, cielos, ciénagas o caminar el aislamiento de un desierto. Mirar desde su interior y expresar desde su medio, alguna noticia que le concierna. Quizás el deseo de habitar en nuestras conciencias, llamándonos a la reflexión.
Surcos difusos. Sombras degradadas. Líneas que viajan hacia puntos cardinales, que continúan y se prolongan, que se detienen abruptamente ante un episodio de igual tonalidad. Máculas que emergen con cierto frenesí hasta precipitarse en abismos profundos o luminarias explosivas. Símbolos y mas símbolos, todos con un significado al estar expuestos en contexto. Cruces, triángulos o círculos: todo vale hasta caer o centrifugarse, desaparecer o concentrarse, generando seres o artefactos.
Podemos usar nuestra imaginación en cada trabajo de la creadora y decidir el lugar donde queremos ubicarnos al estar frente a la pieza, o dejarnos llevar por nuestro criterio y decidir lo que queremos o pretendemos ver, pero la razón y el significado de la obra abstracta es y será siempre una decisión de su autor, quien es el que asume el primer manifiesto.
Gloria MiládelaRoca
Contacto con la Artista:
Marta Estrems
+1 305 588-1264