Esta ciudad me ha marcado, como se refiriera ese escritor en las calles de Christiana—conocida hoy por Oslo, capital de Noruega—en la novela Hambre de Knut Hamsun.
A pesar del contenido de la novela, esta también sufrió el andar de Hamsun, Premio Nobel de Literatura en 1920, al ser publicada por primera vez en parte y de forma anónima en 1890 en una revista. Más de 100 años después, y 4728 kilómetros de distancia, tuve la oportunidad de coincidir con ella segundos antes en una noche en la que me había decido no más buscar entre los libros de Books & Books Bookstore, Coral Gables.
Hambre nos sitúa en la necesidad de un escritor de ser prolífico. Un escritor que no nos deja saber mucho de su pasado, solo de su necesidad, y necedad de no jugar otras cartas dentro de una sociedad que no permite colinas muy altas o profundidades oceánicas del pensamiento. Este joven escritor, quien se apoda diferentes nombres pero realmente no nos deja saber el suyo, lo intenta como él entiende debe ser.
Hambre no tiene una trama que nos haga sentir al filo de la silla. Es una novela fría, repetitiva que no deja los límites de la mente de un escritor. Uno siente el dolor en el estómago del hambre y uno no sabe si volveremos a llevarnos a la boca una migaja de pan. Uno tampoco piensa en otra posibilidad de ganarse la vida que no sea la de escribir, y disfrutar ese momento en el que el personaje escribe. No hay conclusiones, ni plan para sobrevivir en esta ciudad que parece cobrarle con su vida, pero en la que al mismo tiempo él no pretende renacer.
Le escribo a Hambre porque es una de las mejores novelas escritas que he leído. Sobre todo porque siento pena de no haberla leído antes y no encuentro a quien culpar. Siento pena que otros se pierdan de tanta humanidad, que la mayoría—de la que ya no soy parte—no sepan de ella. Books & Books Bookstore ha comprado varios ejemplares.
A pesar que creo que Hambre me destinó a mi vida de vagabundo días después de haberla leído—después de una vida rica en Miami—, esta novela es un naufragio por la belleza del aferramiento.
A diferencia del protagonista, quien determina irse y ofrecer su mano de obra a un barco que departe de Oslo, yo sigo pasando hambre en las calles de Miami, aunque con seis novelas escritas, cuatro de ellas a la venta, y sin abandonarla.
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Jorge Santa Cruz es habanero. Graduado de periodismo en la Florida International University, escribe novelas de ficción (no lineales) tanto en español como en inglés. Su website es www.jscruz.me