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Febrero 2013

BOWLING FOR COLUMBINE: LA VIOLENCIA, ¿UNA CULTURA APRENDIDA? María Inés Marino

El documental Bowling for Columbine se inicia con una escena que muestra a Eric Harris y Dylan Klebold jugando a los bolos momentos previos a llevar a cabo la matanza que hizo trepidar a la nación norteamericana el 20 de abril de 1999. Harris de 18 años y Klebold de 17, miembros de un grupo llamado Trenchcoat Mafia, acribillaron a doce estudiantes, una maestra e hirieron a otros veinticuatro estudiantes en la biblioteca de su escuela Columbine High School en Littleton, Colorado, una comunidad económicamente sostenida por la fábrica de armas Lockheed Martin. Esta masacre fue parte de una serie de hechos violentos que comenzaron a llamar la atención nacional cuando en Edmond, Oklahoma, el 20 de agosto de 1986 Patrick Sherrill asesinó a 14 empleados en la oficina de correo y luego se suicidó.

Sigmund Freud hace hincapié en que los jóvenes tienen personalidades multifacéticas y dice que es imprescindible que los padres sean conscientes de esta realidad al educarlos. ¿Se podría decir, entonces, que la masacre de Littleton es consecuencia de una educación familiar deficiente? o ¿se trata de una causa mucho más profunda que se enraíza en la propia mentalidad cultural? En sus entrevistas con Matt Stone, creador de South Park, y el controvertido Brian Warner, conocido como Marilyn Manson (por Marilyn Monroe y Charles Manson ya que, según la tradición del grupo, cada integrante debe llevar un pseudónimo encabezado por el nombre de una mujer famosa y el apellido de un asesino conocido), Michael Moore despliega todos los elementos necesarios como para pensar que la violencia en los Estados Unidos no es una simple actitud reaccionaria al bombardeo de películas, música, Internet o video juegos.

Robert Tracinski, autor de Explosions in the Cultural Vaccum (Explosiones en el Vacío Cultural),  analiza la matanza de Columbine y sostiene que los muchachos no eran conscientes de las opciones que les ofrecía la cultura norteamericana. Las estadísticas del The American Institute of Justice (Instituto de Justicia Americano) que develan que existen más de 200 millones de armas de tenencia privada en los Estados Unidos, lo que los convierte en el país con el índice más alto de asesinatos con armas de fuego, parecerían indicar que la cultura norteamericana ofrece solucionar conflictos sociales con violencia. Y, como afirma el psiquiatra Patrick Tolan en el libro Children, Violence, and Murder (Jóvenes, Violencia, y Muerte), la consecuencia lógica es que los jóvenes se inclinen por cometer actos violentos si éstas son las opciones ofrecidas.

Tradicionalmente, los norteamericanos tienden a no explorar culturas que van más allá de sus narices y, no es a consecuencia de una sistema educativo deficiente, sino derivación de un gran desinterés que se encausa en su aislamiento patriótico, que los conduce a pensar que cruzar las barreras para alcanzar el conocimiento de las realidades que los rodean diferentes a su cultura, los hace menos norteamericanos. Es precisamente este aislamiento cultural causado por el sentimiento nacionalista extremo que alimenta miedos fantasmales, hasta de sus propios vecinos, fraguando el rechazo a cuanto sea presumiblemente distinto ya que lo “distinto o diferente” se siente como una amenaza. El conocimiento y el interés de saber sobre “los demás” es condición sine qua non para poder entender a la humanidad en sus diferentes formas sociales, personales, religiosas y culturales. El resultado del miedo es miedo más profundo, y que muchas veces lleva a la paranoia. La paranoia, como toda alienación, busca formas de autodefensa a lo desconocido y protección a lo posiblemente amenazante a través de la violencia, el consumismo, el puritanismo y el individualismo distorsionado que lleva a idolatría de uno mismo y que engendra la firme creencia de tener la verdad absoluta incubando el sentimiento de superioridad y la necesidad de ser salvador de los demás.

Es imprescindible trepar las murallas de la cultura aprendida para mostrar que es necesario un análisis subversivo que honestamente descubra la verdadera causa de tanta violencia y de la paranoia colectiva. Sólo buscando razones a nuestra razón con una mirada extravertida que ciña una verdadera comprensión de otras culturas, se pueden fraguar cambios positivos que estrechen la brecha del desconocimiento y el desinterés; pero esta realidad no es sólo patrimonio de la sociedad norteamericana sino de todas las sociedades del mundo tal como el nihilismo en Rusia, las dictaduras en Sur América, el Apartheid en África, los conflictos de Medio Oriente o el Holocausto.

Williard Gaylin en su libro Hatred (Odio) afirma que las acciones individuales sólo pueden ser comprendidas dentro de la cultura de la que emergen. Tal vez, sea necesario no sólo una comprensión insondable de la propia cultura pero, además, ejercitar la empatía hacia los demás como espejos de otras culturas. La cultura aprendida puede ser cambiada si nuestra razón encuentra entendimiento a través de la preocupación por el conocimiento, la apertura y acercamiento.

Ines copyMaría Inés Marino es argentina, radica en USA desde 2008 tiene una maestría en periodismo por la FIU

Blog de María Inés Marino

Me bueno, objetivo y con distintos puntos de vista. A mi personalmente me parece que hay que poner enfasis en dos cosas, la primera y mas importante la educacion en el hogar. Claro que con violencia no se apaga la violencia, habria que cambiar las leyes y demas, tema sociologico y cultural local (USA). Por otro lado la escuela y educacion formal cumplen un rol importantisimo que a mi entender seria apoyar la educacion que viene del hogar y formar con conceptos nuevos al ser, como ser completo. Despues claro que viene el resto. Es una cadena, con varios eslabones averiados y te digo que a este punto creo varios perdidos. No creo que el rol de las peliculas y video juevos afecte al adolscente, o mejor dicho ninio en formacion, si las bases vienen de una famila. Otra vez perece que volvemos a donde empezamos, el pilar de la sociedad que es la familia. La familia cambio y lo entiendo pero no hablo de mama-papa-hermanos, sino de lo que nos ensenian. Como veras me copa observar estos temas, la problematica es grande y como vos decis en el articulo es cultural y social especifico de cada pais y se quiere de cada zona. La pregunta es: podemos hacer algo al respecto? Y pare cerrar te digo que afortunadas somos al tener un familia bien constituida con las nuestras. Nuestros padres pueden haber tenido muchos errores y muchos acierto, pero nos dieron el sentido de la familia que como te dije es la base de toda sociedad. Felicitaciones, muy bueno.

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