Autor Rodolfo Santana. Dirección y Producción: Adela Romero. Elenco. Lucero D´Angelo, Ana Vargas, Alessandra Sierra, Virginia Álvarez, Madeline Harris, Exarela Romero. Actores invitados. Marianela Pupo, Isaniel Rojas, Anne García, Alenys Méndez, Carlos Bueno, Adela Romero. Luces y sonido. Paut Williams. Fotografía. Alfredo de Armas.
Un buen “baño de despedida” para una deportada
Rodolfo Santana, dramaturgo venezolano, escribió varios éxitos dentro de su carrera teatral en Latinoamérica basadas en “fotografiar” la realidad del continente a través de sus mitos. “Tarántula”, “La Farra”, “Moloch”… o “El Gran Circo del Sur” fueron algunos de sus grandes obras reconocidas y premiadas en el continente. En 1986 estrena “Baño de Damas”, una obra ubicada en una discoteca, dentro del mismo espacio que cita el título. Los entresijos, asuntos y secretos de quiénes acuden allí, permitirá abordar los temas que más emocionan y preocupan a las mujeres en la contemporaneidad de su Venezuela. O por extensión, de cualquier país latino en nuestra actualidad.
La obra arranca bajo la soledad de Carmencita (Adela Romero), la mujer que atiende el servicio de limpieza de los baños de señoras, y finaliza con el mismo sentimiento una vez suceden distintas acciones entre los personajes a lo largo de la obra.
¿Quién más entra en escena?
Lo hace bajo el deseo de un “triunfo artístico” Rolando (Isaniel Rojas) un mesero travesti que adquiere el sobrenombre de “la gaviota” y que buscará desesperadamente a Clohé (Ana Vargas), una flamante estrella de telenovela, para que lo ratifique como tal. La mujer de un diputado (Marianela Pupo) con su inseparable amiga maestra (Anne García) como ella; una joven ebria y punzante que expondrá las razones del abuso de ciertos hombres. Tres amigas que se “gustan” entre sí (Exarela Romero, Virginia Álvarez, Alessandra Sierra) bajo el suplicio “divertido” de la cocaína esnifada mientras se sientan en la taza del inodoro. Una temible y colérica madre (Alennys Méndez) que se encuentra con su infortunada hija (Alessandra Sierra) en la discoteca. Dos compañeras (Lucero D´Angelo, Madeleine Harris) que se disputan entre sí las posibles parejas en la misma sala de fiestas. Y para concluir, un atractivo abusador y psicópata: el diputado (Carlos Bueno) que la liará con una acción sorpresa al final…y que me guardo para que la descubran ustedes.
El juicio
“Baño de Damas”, desde mi perspectiva, es una obra inteligentemente bajo el engaño. Y lo digo en sentido positivo. ¿Por qué? La manera de abordar su puesta en escena bien podría confundirse con una “comedia ligera”; y no lo es en absoluto. “Yo no hago comedias estúpidas”, me dijo un día en privado su directora Adela Romero antes del estreno. “La comedia tiene que cuestionar algo. Y “Baño de Damas” es bien explícita en ello. Anda…ven a verla y júzgala por ti mismo.”.
* La obra escudriña temas fundamentales desde lo aparentemente cotidiano y banal . El amor puro y profundo por alguien que significa mucho por ti, a través de Carmencita; una auténtica y sentida interpretación por parte de Adela, lo ratifica en escena.
* El reconocimiento del transgénero como uno más por un “clásico” en este tipo de papeles -y por supuesto en otros tantos de merecida interpretación en esta urbe- el reconocido actor Isaniel Rojas.
* El papel del alcohol y la función de lo verdadero que se desprende en este estado de embriaguez, bajo un sinfín de espléndidos registros como borracha a cargo de Anne García: “ Mi mamá me llamaba meretriz de pequeña …¿Ustedes saben qué quiere decir esto?”.
* El tema del abuso y la opresión en una mujer desde una dinámica bien sostenida por Marianela Pupo. La complicidad y la traición hacía los hombres por un digno y complementario dúo actoral: Lucero D´Angelo, Madeleine Harris.
* El abordaje de lo excitable experimentando los efectos de la droga y sus consecuencias. El mismísimo amor bisexual desde la normalidad. Lo abordan con perfecta concupiscencia y lujuria contenida tres prometedoras actrices: Exarela Romero, Virginia Álvarez y Alessandra Sierra.
* El papel de la “diva” y la envidia que produce su éxito en la televisión. Bien altanera y lasciva en su rol e interpretada por la actriz Ana Vargas. Las relaciones materno-filiales entre la ira de una potente y energética actriz cubana Alenys Méndez en el papel de madre “Tengo todos los demonios sueltos” y su rebelde hija (Alessandra Sierra).
* Y sin ir más lejos, un galán sobre el escenario (Carlos Bueno) disfrazado de diputado… pone sobre el relato la estrategia de un abusador y las relaciones corruptas que se establecen entre política y poder “Este Congreso es una casa de citas”.
Con un vestuario femenino bien adaptado al lugar y una eficaz y metafórica escenografía años 80 con inodoros translúcidos y espejos sin azogue, para que el público pueda observar la nitidez gestual y los diálogos que ocurren en escena…esta comedia dramática pretende poner en la palestra el rico y complicado mundo femenino a disposición de la audiencia. Nagari
Pdta. Misión cumplida en Miami…Adiós Adela hasta siempre en mi memoria. Guayaquil espera tu mano para regalarles lo que tú solo sabes hacer en escena.