Archeology of the 20th Century de Daniel Fiorda
y
El Color del verano de Thomas Henriot
Lelia Modorch Gallery
2300N Miami Av. Miami, Fl, 33127
El white and black para hablar del tiempo
Dos exposiciones coinciden (…coincidieron) esta entrada de año en la galería Lelia Mordoch en Wynwood. Dos maneras distintas, que no opuestas, de entender la realidad y el entorno. Dos caminos hacia matices que tienen que ver con resaltar más la luz o poner hincapié en las sombras y los rasgos de las líneas y los volúmenes, tal como lo hace Henriot con sus escenas urbanas captadas de sus edificios e interiores en Cuba. O como Fiorda con su blancos como soporte matérico para resaltar sus colecciones de entes dormidos.
The Archeology of the 20th Century es una seriación de objetos reales y simbólicos al mismo tiempo, yo diría que hasta imprescindibles para entender el siglo XX, que bajo la inmersión o la emergencia de los mismos en la obra, permiten una lectura a determinar en cada uno. Son objetos enterrados, o mejor dicho semi-enterrados, para que la memoria se detenga antes de que el funeral del olvido se inicie. Por ejemplo en las máquinas de escribir (podría ser una Hispano Olivetti o una Underwood perfectamente) uno tiene la impresión que este líquido cimentado y blanco ha protegido lo que este objeto en sí hubiera elaborado. Como si cada informe, novela, recibo de empresa o carta de amor que de la máquina de escribir hubiese salido hoy. Un regreso al tiempo perdido o, mejor dicho, un regreso al tiempo vivido.
En otra pieza un teléfono aparece, en este caso empotrado. La voz está silenciada. Hubo alguna vez un diálogo con alguien, pero ahora nuestro interlocutor posiblemente ha muerto. La sensación en este caso de frío y abandono son patentes en esta obra. Por último una Pentax, la mítica máquina de fotografías los años 70 emerge del marco como si este objeto hubiese sido abandonado en un conflicto militar. Todo los muertos de la contienda o las victorias del enemigo, se registraron en esta cámara oscura, hoy obsoleta, por el deterioro que ha originado el tiempo en el campo de batalla.
Fiorda es el white para resguardar la memoria. La nieve delatora que todo lo congela y lo entierra. O que cuando se derrite, nos revela lo que fue la vida en aquel lugar donde el objeto descansa para que alguien lo rescate y nos devuelva su memoria.
El color del verano no habla precisamente del rojo ni el amarillo para idealizar la temperatura. Incluso a veces no habla ni del color. La mirada posicional de Henriot es radical y me atrevería a decir que surge del cómic sin afirmarlo. Sus obras, elaboradas mayoritariamente en papel de arroz japonés, son como escritos obsesivos en su gráfica pero llenos de placidez en el relato. Mayoritariamente son paisajes urbanos. Elementos de estos lugares que complementan su significado. Portadas de periódicos o salones inmersos en el hogar, donde un simple sillón y unos zapatos de aguja, dicen más de quién la habita que si estuviera allí la misma interesada. Pirámides rotas en medio de barrios erigidos por los rascacielos, que originan un homenaje a la Metrópolis de Fritz Lang. Fachadas antiguas que detienen lúgubremente el tiempo de quienes la habitan en La Habana.
Todo bajo el temblor de la aguada de la tinta negra. A veces un toque de color rosa de esta misma flor, o incluso, bajo el blanco y negro de cientos de ellas reunidas, provoca en nosotros una manera distinta de leer estos dibujos. La mise en scene , si bien fue algo barroca y recargada en obras por el poco espacio que había en la galería , si decir que se relacionaba intrínsicamente con el estilo personal con que elabora su trabajo. Tiras largas e interminables llenas de recuerdos metropolitanos de allá donde el pisa en sus distintos viajes por el mundo. En este caso, centrada mayoritariamente en Cuba
Henriot es el black que utiliza este mismo tono para decir que lo que existió…sigue aún hoy vigente. Desde esta contemplación, abarrotada de imágenes sin matices de color mayoritariamente, rescata los sueños y las “fotografías” que le impresionan allá donde se hospeda. Otra manera detener el tiempo para inmortalizarlo. ER