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Septiembre 2024

APUNTES SOBRE LA VIDA DE ISIDORE LUCIEN DUCASSE Y SUS ESCRITOS. Federico Rivero Scarani

(Montevideo, 4 de abril de 1846 – París, 24 de noviembre de 1810)

(“NOTES POUR UNE VIE D’ISIDORE DUCASSE ET DE SES ÉCRITES”. A. M. Pascal Pia)

Traducción de Federico Rivero Scarani [1]

“En solo unas líneas estableceré que Maldoror fue bueno durante los primeros años de su vida y vivió dichoso; dicho está. Luego se apercibió de que había nacido perverso: ¡fatalidad extraordinaria”.

LAUTRÉMONT

I

[…] Junto a estas extravagancias, François Ducasse, tenía una reputación de hombre de espíritu, incluso erudito. Después de un largo viaje de estudios a “Las regiones vecinas del Trópico de Capricornio”, había escrito un libro sobre “las civilizaciones precolombinas de las tribus guaraníes”, pero al amigo a quien él confió [su libro] fue asesinado por contrabandistas brasileros quienes quemaron el manuscrito. Hacia el final de su vida, François Ducasse, se habría arruinado al fundar una Escuela de Lengua Francesa en donde habría impartido un Curso de Filosofía basado en el Positivismo de Auguste Comte y de las ideas morales de Edgard Quinet. Según los testimonios François Ducasse murió en 1887 “en la indigencia más extrema”.

[…] Monsieur Pichon-Riviére, médico psiquiatra, publicó en la “Revista de Psicoanálisis”, Número 4, 1947, un estudio en el que “insiste en la siniestra atmósfera que rodea, no solo la obra, sino incluso la vida de Isidore Ducasse y el destino de quienes se acercan más o menos directamente a esta”.

Al parecer Riviére encontró en Montevideo la fecha de matrimonio de los padres de Isidore, y la fecha de la muerte de su madre. Pero por lo que deduce [Riviére], obviamente, concierne menos a la vida del poeta que a su leyenda: cuatro casos de alienación mental, dos suicidios y un asesinato, tal es, según este artículo, el registro del tipo de maldición que se cierne sobre las personas que se han acercado al Cantor de Maldoror o que querían romper el misterio de su existencia.

La inconsecuencia y la coacción del padre, generalmente incriminadas por los Biógrafos, hacen suponer que M. Claude Pichois, había extraído la correspondencia política conservada en el Ministerio de Asuntos Exteriores todo lo que se relacionaba con François Ducasse, entonces Secretario y Canciller del “Consulado General de Francia en Montevideo” entre los años 1845 y 1870; la historia de esta carrera apareció en la edición de abril – junio de 1957 en la “Revista di Letterature Moderne e Comparate” publicada en Florencia bajo el título: “Garibaldi et Lautréamont”. A través de los documentos publicados en este estudio, François Ducasse aparece como un funcionario honesto, inteligente, con coraje y muy absorto por su trabajo: un buen hombre, sin dudas, tan alejado de Maldoror como de la literatura engañosa que a veces se superpone a la de su vástago.

II

Los padres de Isidore Lucien Ducasse, cuyo nombre deriva de su santoral, “San Isidoro” (4 de abril) [2], eran del Cantón (Municipio) de Tarbes – Nord. Su padre, François, nació en Bazet, el 12 de marzo de 1809. Fue el cuarto hijo de esa familia la cual tuvo ocho hijos, y al menos dos de ellos estuvieron en contacto con Isidore: Bernard Lucien [Ducasse], el séptimo hijo, aparece como padrino en el bautismo de Isidore Lucien Ducasse. Según Pichon – Riviére, “se casaron dos meses antes de que naciera Isidore, lo que establecería su unión entre enero y febrero de 1846”.

François Ducasse conoció a su futura esposa, Jacqquette Celestine Davezac, nacida en Sargniguet el 19 de mayo de 1821. Mientras tanto, ellos habían anhelado llegar a Montevideo como muchos de sus compatriotas. En el siglo pasado [XIX], los países de Bigorre [3] y Bearn [4], tuvieron una fuerte emigración hacia América Latina, y, principalmente, a Uruguay.

No se sabe en qué fecha François Ducasse dejó la enseñanza para ocupar el puesto de empleado en el Consulado General de Francia en Montevideo.

(…) el Barón Théodore Pichon, Cónsul de Francia, consideró prudente retirarse; la gestión del consulado estaba asegurada por el Canciller Marcelin Denoix, quien delegó a François Ducasse el cargo que él ocupaba reemplazándolo. En su carta del 16 de junio de 1846 dirigida al Ministro de Asuntos Exteriores, Marcelin Denoix, justifica su iniciativa en estos términos: “M. Ducasse, quien ha trabajado durante varios años en la Cancillería en calidad de empleado, es un hombre de carácter dócil, alguien que conoce mejor nuestra población, y tengo plena confianza en él; es francés y combina las condiciones necesarias”. Por lo tanto, se puede ubicar su llegada a Montevideo alrededor de 1840.

III

Isidore Ducasse fue un estudiante interno en el Liceo Imperial de Pau desde octubre de 1863 hasta agosto de 1865. Asistió a los cursos de la División Superior y obtuvo los siguientes resultados: Año escolar 1863 – 1865, Clase de Retórica (Profesores M.M. Hinstin, Zeller y Durieux): primer acceso [accésit] clásico de recitación y 2° Premio de Inglés.

La estancia de Isidore Ducasse en el Liceo de Pau, donde fue un discípulo  mediocre, ha permitido tener un testimonio de primer orden. Las siguientes palabras que su compañero, Paul Lespés, de 81 años de edad, manifestó a François Alicot, quien lo entrevistó en su retiro de Anglet cerca de Bayone, testimonian lo siguiente: “Conocí a Ducasse en el Liceo de Pau en 1864. Él estaba conmigo y con Minvielle en la misma clase de Retórica. Todavía puedo ver a ese joven alto y delgado con la espalda un poco abovedada, la tez pálida, el cabello largo cayendo obre la frente y la voz agria. Su rostro no era atractivo. Por lo general, él estaba triste y silencioso, como si se mirara hacia adentro. Dos o tres veces me habló con cierto ánimo sobre los países de ultramar, donde se llevaba una vida libre y dichosa. (…) “Pensé con mi amigo Minvielle que él estaba nostálgico, y que sus padres no podían hacer nada para recordarle Montevideo. El gustaba mucho de Racine y de Cornielle, y sobre todo del “Edipo Rey” de Sófocles: La escena en la que Edipo, al enterarse por fin de la terrible verdad, y, con los ojos arrancados, maldice su destino, le pareció [a Isidore] muy hermosa. ¡Lamentó, sin embargo, que Yocasta no hubiera dado el toque final al trágico horror suicidándose frente a los espectadores!

“Admiró a Edgar Allan Poe cuyos cuentos había leído antes de ingresar al liceo. Una vez vi entre sus manos un volumen de poemas de Theophile Gautier que estoy seguro que George Minvielle le había pasado. Lo considerábamos como un espíritu fantástico y soñador, pero en el fondo era un buen muchacho que no superaba el nivel medio de instrucción probablemente debido al retraso en sus estudios.

“Me mostró algunos versos a su manera o estilo. El ritmo, que he podido juzgar por mi inexperiencia, me resultó un poco extraño, y el pensamiento oscuro. Tenía una particular aversión hacia los versos latinos. (…) Él se quejaba  frecuentemente conmigo de dolorosas migrañas las cuales no tenía; Isidore lo reconocía sin que llegaran a influir sobre su espíritu y sobre su carácter”.

“En 1864, hacia fines del año escolar, M. M. Hinstin, Profesor de Retórica, quien ya había reprochado a Ducasse lo que él llamó ‘sus excesos de pensamiento y estilo’, leyó una composición de mi condiscípulo. Las primeras frases, muy solemnes, estimularon su risa, pero se pronto se enojó [Isidore Ducasse]. Hinstin lo había agraviado singularmente. No era por una frase en la cual el pensamiento estaba hecho, de alguna manera, de imágenes acumuladas, de metáforas incomprensibles, todavía oscurecido por los inventos verbales y estilos que no siempre seguían la sintaxis, lo que agravió a Isidore. En el liceo, ni con la Retórica ni con la Filosofía, se destacaba, eso sí lo sé; tampoco sobresalía en él ninguna aptitud particular para las Matemáticas y la Geometría, cuya encantadora belleza celebró con entusiasmo en los ‘Cantos de Maldoror’. Pero sí tenía mucho gusto por la Historia Natural; el mundo animal le despertó su curiosidad. Tenía el espíritu atento de la observación; así que no me sorprendió leer al principio del Primer y Quinto ‘Canto de Maldoror’ las notables descripciones del vuelo de las grullas, y especialmente, de los estorninos que él los había estudiado bien”.

“No he visto a Ducasse desde que dejé la Escuela Secundaria en 1865. Pero unos años más tardes, recibí en Bayonne los ‘Cantos de Maldoror’; probablemente fue sin duda la primera edición de 1868 sin dedicación”. (sic)  [5]

“El estilo, las ideas extrañas, se entrechocaron, como una mezcla o un enredo que me hicieron suponer que el autor era mi antiguo compañero de clase”.

“Mi poesía no consistirá más que en atacar, por todos los medios, al hombre, esa bestia salvaje, y al Creador, que no debió haber engendrado semejante plaga”. (Canto II)

IV

Esta laguna de tres años, importante para todos, ya que precede inmediatamente a la publicación de los ‘Cantos de Maldoror’, ha dado lugar a muchas hipótesis. La más aceptable, con el estado actual de la investigación, es la del regreso al país natal. Prudencio Montagne está seguro haber visto a Isidore en Montevideo: “Isidore era un niño (en ese momento éramos niños hasta los veinte años), guapo, pero extremadamente travieso, ruidoso, insoportable”. Entre 1864 y 1867 dice Prudencio Montagne: “…el Canciller Ducasse vivía en la calle ‘Camacera’, frente a la de ‘Brecha’, en una casa muy antigua que un existe”. (…)

Desde su partida de Pau y su instalación en París, Isidore Ducasse, habría permanecido casi dos años en Montevideo o en sus alrededores.  Lo que dijo Prudencio Montagne es posible porque el Canciller, que no estaba libre de cierto liberalismo, pronto lo mostró permitiéndole venir a Paris y vivir allí como deseara, dejando a su hijo con una cierta libertad de movimiento para que la usara y viajara a los países del Plata.

La verdad, o lo que se acerque más a ella por la ausencia de correspondencia entre François Ducasse y su hijo, debe deducirse de las dos cartas del poeta al banquero Darasse, quien mantuvo relaciones con el Consulado de Francia en Montevideo, y, como resultado, representó algo de autoridad paterna para su joven cliente. (…) La última carta al banquero Darasse fechada el 12 de mayo de 1870 no pasa a ser ignorada por las promesas que Isidore le hizo a su padre quien pareció ser complaciente. Le correspondió al poeta para obtener la suma de 200 francos, “fuera de la pensión”, pagar el costo de la impresión de un ‘folleto’ que se propuso enviar el 22 de mayo a Montevideo.

Este ‘folleto’ es solo una muestra del nuevo libro que Isidore Ducasse está comenzando como lo demuestran las siguientes líneas: “Mi volumen se completará en cuatro o cinco meses. Pero, mientras tanto, me gustaría enviarle a mi padre el Prefacio que contendrá 60 páginas en Al. Lemerre (sic). Así es cómo él verá que yo trabajo, y me enviará la suma total para el volumen y de esa manera imprimirlo más tarde”.

Este es el mejor homenaje que se le puede rendir al padre de Isidore Ducasse (…) …que, de hecho, es el verdadero editor de los “Cantos” y de las “Poesías”.

(…) A principios de noviembre de 1968, Isidore Ducasse, planifica publicar el Segundo “Canto de Maldoror” en Albert Lacroix, director de la importante imprenta “Libraire Internationale, A. Lacroix, Verboeckoven et Cie, Éditeurs á Paris, Bruxelles, Leipzig et Livourne”, la cual contiene en su catálogo de obras a Victor Hugo, Eugéne Sue, Proudhon y Zola.

No se ha sabido nada sobre los infrmes del editor y del poeta, pero se podría creer que Albert Lacroix tuvo un recuerdo vívido cuando, alrededor de 1890, le dio a su compatriota León Genonceaux los elementos de este retrato sobre Isidore Ducasse: “Era un joven alto y de pelo oscuro, nervioso y trabajador, que escribía solo por la noche sentado al piano, declamando, forjando sus recitados y rogando a sus prosopopeyas…”

El joven poeta vivió posteriormente en la calle 32, Faubourg – Montmarte, y la “Libraire Internationale” se encontraba en la calle 15 del Boulevard Montmartre. Es probable que en esta dirección el poeta haya depositado en los primeros meses de 1869 el manuscrito de los Seis “Cantos de Maldoror”, por el Conde de Lautrámont, seudónimo extraído, como se sabe, de la novela histórica de Eugéne Sue. [sic] [6]

MALDOROR, CANTO IV: “Estoy sucio. Me comen los piojos. Los cerdos vomitan al verme. (…) Estoy sentado en un mueble informe y no he movido un solo miembro desde hace cuatro siglos. Mis pies han echado raíces en el suelo y componen, hasta la altura de mi vientre, una suerte de vegetación viva, cubierta de innobles parásitos que aun no se vincula con la planta, pero que ya no es carne”.

……………………………………………………………….

[1] Traducción de Federico Rivero Scarani de las “OEuvres Completes d’Isidore Ducasse”, Librairie Genérale Française, 1963.

[2] Nota del traductor.

[3] “La Bigorra”, en francés “Bigorre”, es un país del Sudoeste de Francia. Es parte de Gascuña y en consecuencia de “Occitania”.

[4] En gascón “Bearnés” en Euskera, “Bearno”, es una región natural e histórica de Francia situada a los pies de los Pirineos en el actual departamento de “Pirineos Atlánticos”.

[5] – “Los Cantos de Maldoror”, en el texto impreso  en Bruselas, en 1869, por Lacroix, Verboeckhoven et Cie.

– “Poesías I” y “Poesías II”, en el texto de los folletos impresos en París, en 1870, por Balitout, Questroy et Cie, se han corregido algunos defectos evidentes (…)

– Las principales variantes del “Canto I” se imprimieron en París en agosto de 1868 por Balitout, Questroy et Cie.

[Nota del Traductor] De acuerdo a estos datos, es posible que la Primera Edición Completa de “Los Cantos de Maldoror” haya sido publicada en el año 1869 en Bruselas. Esas “variantes” del ‘Canto I’ impresas en París en 1869, habrían dado lugar al texto definitivo. <FOTO DE TAPA>

[6] [Nota del Traductor] /autre/, adjetivo cuyo significado en español es “otro”.  “El”, artículo determinado en español, que en francés se dice /Le/ o /l’/ cuando este complementa a un sustantivo o adjetivo que comienza con vocal: “l’autre”. /Mont/ es un sustantivo masculino que significa en español “monte”. [Basado en el “Diccionario Francés – Español y Español – Francés” por Rafael Reyes, Académico de Lengua francesa. Vigésima Edición. Editorial Reyes, Madrid, 1951]

Por lo que se infiere que el toponímico: “Lautreámont” fue escogido por el poeta Isidore Ducasse para referirse al Conde “del otro Monte”, es decir, “Montevideo”, nombre de la capital de Uruguay cuyo significado es vasto; hay más de 40 hipótesis sobre el nombre. Las más comunes son: “Monte video”, que en Latín se traduce como “yo vi un monte”; otra sería: “Monte vi eu”, del portugués por lo cual se traduciría como “Yo vi monte”; una tercera posibilidad sobre el origen del nombre de la capital sería en coordenadas náuticas: Monte VI. D. E. O., cuyo significado es: “Monte. VI. (sexto) Dirección. Este. Oeste”. El enigma continuará.

© All rights reserved Federico Rivero Scarani,

Federico Rivero Scarani, 1969, Montevideo-República Oriental del Uruguay.
Docente de Literatura egresado del Instituto de Profesores Artigas. Poeta, traductor, ensayista, periodista cultural. Colaboró en diversos medios Uruguay como El Diario de la noche, Relaciones, Graffiti, y también en revistas internacionales como Archivos del Sur (Argentina) y Banda Hispânica.com (Brasil), Carruaje de Pájaros (México), InComunidade (Portugal), Resonancias (Francia), entre otras. Publicó un ensayo sobre el poeta uruguayo Julio Inverso (“El lado gótico de la poesía de Julio Inverso”) editado por los Anales de la Literatura Hispanoamericana de la Universidad Complutense de Madrid, España. Participó en antologías de poetas uruguayos y colombianos (“El amplio jardín”, 2004) y Poetas uruguayos y cubanos (“El manto de mi virtud”, 2011). Mención Honorífica por el trabajo “Un estudio estilístico de Poeta en Nueva York de Federico García Lorca”, 2014, Organizado por el Instituto de Estudios Iberoamericano de Andalusíes y la Universidad de La Plata (Argentina). Accécit 18º Concurso José M. Valverde, 2014. Fue docente de la cátedra de “Lenguaje y Comunicación”, en el Instituto de Profesores “Artigas”. Miembro de REMES (Red Mundial de Escritores en Español), y del sitio autores.uy promocionado por la “Biblioteca Nacional”, Ministerio de Cultura del Uruguay y “Biblioteca del Poder Legislativo”. Colabora con artículos, ensayos, traducciones y poemas en diversas revistas internacionales de Latinoamérica y Europa.
Obras: “La Lira el Cobre y el Sur “(1993); “Ecos de la Estigia” (1998);”Atmósferas”, Vintén Editor (Mención Honorífica de la Intendencia Municipal de Montevideo, 1999); participó en el CD “Sala de experimentación y trabajos originales”, Maldonado 2002; “Noctambulario”, CD con poemas del autor y del poeta brasilero Rodrigo Petronio recitados por Federico Scarani, digitalizados por el poeta y perfórmer Juan Ángel Italiano, (2003); “Synteresis perdida”(2005); “Cuentos Completos” (2007); “El agua de las estrellas” (2013); “Desde el Ocaso”, (2014) editado en las páginas digitales EspacioLatino.com /Camaléo.com; “Reflejos de la Oscuridad”, (2018), autores.uy. “Amor, Barniz Gris”, JustFiction Edition, Letonia, (2019), “Este no es un otoño más”, (2021), Ed. Rosae, “Antología de Poesía Negra”, Lima, Perú, (2022). “Lesbianas”, Ed. Rosae (2022).

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