Algunos recuerdos regresan por razones inexplicables y otros simplemente llegan porque tenemos la capacidad de asociación lo cual muchas veces facilita que nuestra memoria nos haga sonreír como me ha sucedido en esta oportunidad, pues con esta reseña, viene a mi mente una lámpara de lava que fue una tendencia de moda de décadas atrás, en los hogares de muchos y que por supuesto también teníamos en casa. Siendo una chiquilla, pasaba hora tras hora tratando de descubrir cómo podría elevar aquellos globos de color dentro del tubo de cristal y en cuántas fracciones lograba que aparecieran con mi “fuerza mental”:
– “Dos globos, uno, ¡ahora que suba!,, ay no subió todo”. Y así podía estar horas, arrodillada y con la mirada fija en aquella luz tan atrayente para mí.
La inclinación por el arte contemporáneo comenzó décadas atrás y una de las interpretaciones más representativas fueron las figuras geométricas de esquemas apacibles y diseños gráficos con una fuerte tendencia al colorido en las artes visuales. En esta ocasión y como señalé, vuelvo a hacer una retrospectiva, a través de la obra del artista mexicano Roberto Mora.
En esta serie que apreciaremos hoy, la intensidad del color y la prolijidad de cada frontera, logran a la vista una energía creativa estrechamente ligada al modernismo. Roberto Mora, creador multifacético quien ha experimentado con una amplia gama de medios entre ellos, pintura, dibujo, fotografía, grabados e incluso teatro, para demostrar su afinidad con el arte a lo largo de su dilatada carrera, nos ofrece esta muestra pictórica, donde podemos distinguir un período creativo que no ha dado por terminado, puesto que la continuación de ciertos elementos en sus obras, advierten lo anterior.
Estas esferas líquidas y de colores deslumbrantes sobre un fondo plano, el azul añil es el argumento principal y llegan como una demostración de la tradición ancestral del país de origen. En este entorno histórico del artista, el tinte es un segmento relevante y el oro es un símbolo desde el testimonio azteca.
En la serie de esta reseña, el artista explora el interés por el volumen, logrando la predominación de colores específicos. En cada encuentro con estos orbes circulares, el creador ofrece una nueva compresión para el espectador. Allí describe como podría modificarse nuestro universo a través de conexiones creativas.
Por medio de estas imágenes, vislumbramos la acrobacia del artista, necesaria para lograr los cambios que ocupan el lugar central de cada pieza en particular y como testimonio de su evolución personal. Los grandes espacios que dominan el lienzo se transforman en un denso espectáculo que se reorganiza para adaptarse a la composición.
Sus obras, además describen como él intuye su propio mundo más allá de los detalles, transformándolo con un lenguaje propio y desencadenando la metamorfosis evidente, en vías de una innovación propia. En este conjunto de piezas podemos distinguir un intento de fuga que, a través de las formas y volúmenes –aunque represadas y controladas–, tienden a liberarse formando nuevas representaciones y diseños visuales que no siempre permanecen en el lienzo. El creador ha logrado traspasar las difíciles fronteras globulares y derrite sobre un ambiente real la materia cuasi inerte, llevándola a escala tridimensional.
Nada nos prepara para observar localmente, la proporción y el ritmo que se producen en el cambio de esta serie. Es de suponer que ahora la zonas intervenidas por el creador tendrán a la vista un efecto más artístico para el entorno seleccionado.
Siempre que veo aquellas lámparas en los estantes de las tiendas, me sonrío con nostalgia.
Por aquella “fuerza mental” de la que me creía poseedora, perdí el equilibrio logrando solo un gran tropiezo con la consumación de un golpe que levantó la mesa y todo terminó en el piso, derramándose aquel líquido viscoso y casi imposible de limpiar.
No diré cuál fue el castigo que recibí.
Gloria MiládelaRoca
Contacto con el artista:
Roberto Mora
+1(917) 3045 885
https://www.instagram.com/robertotemora/
