Nota: Este artículo fue publicado por Jesús Rosado en Tumiamiblog el 1 de de marzo un día antes de que los Óscars fueran otorgados. Debido a que los premios ya han sido concedidos se ha respetado los tiempos en futuro en los cuales se han redactado y se ha querido incluir en esta edición por el destallado análisis que hace el autor debido a su conocimiento en materia cinéfila. Nagari
Se acerca una de las fechas codiciadas por los cinéfilos. Atrincherados en cómodas poltronas, rodeados de cojines y disfrutando de pasabocas acompañados de vinos californianos, los seguidores de los veredictos de la Academia afinan premoniciones para, al final, autogalardonarse si aciertan con los premios, razón para que ostenten su vanidad crítica a lo largo de toda la temporada siguiente hasta los próximos Oscares.
Disfrutar de la ceremonia tiene mucho en común con las emociones de una carrera de caballos, en la cual los apostadores han observado, estudiado y diseccionado minuciosamente las cualidades de las mejores bestias de raza que participan.
¿Cuál será la gran triunfadora este año? ¿Cuál recopilará la mayor cantidad de estatuillas? Todo parece indicar que, de entre las favoritas, son American Hustle, Gravity y Twelve Years A Slave, las que más posibilidades tienen. Así lo adelantan el número nominaciones, aunque este servidor les confiesa que no cambiaría ninguna de esas tres películas por la intensidad dramática de Dallas Buyers Club donde brilla el cóctel histriónico de Mathew McConaughey junto a Jared Leto.
Pero los invito a hacer una rápida caminata alongside the Oscars, para revisar un puñado de títulos alternativos, la mayoría producciones independientes o extranjeras que sobresalen por los valores estéticos, el talento desplegado por el equipo de rodaje, la originalidad formal, el aprovechamiento de exiguos presupuestos o la trascendencia de sus guiones.
Acá en el patio, se realizaron piezas tales como la estrafalaria y sorprendente Spring Breakers, el inquietante drama policial Ain’t Them Bodies Saints o la aclamada What Maisie Knew (estrenada a finales de 2012), basada en la novela homónima de Henry James, que nos trajo en la persona de la pequeña Onate April una de las más conmovedoras actuaciones en la gran pantalla y que fue incluida por varias publicaciones en el Top 10 del 2013. De las realizaciones made in USA me quedo con Fruitvale Station, drama escrito y dirigido por Ryan Coogler, que versa sobre la muerte del joven negro Oscar Grant a manos de la policía de Oakland, California. La exclusión de esta película de las nominaciones de la Academia alzó gran revuelo, provocando abundantes críticas y acusaciones de discriminación a una cinta que debió considerarse entre las más importantes del año. Otro plato fuerte fue Mud, realizada por un Jeff Nichols que evoca el encanto aventurero de Mark Twain, apoyándose en las actuaciones de dos chicos increíbles y el vigoroso protagonismo de McConaughey (este ha sido su gran año). Finalmente, añado Short Term 12, un filme de poco presupuesto que gracias a la carga humana del guión, la balanceada progresión dramática y el grado de autenticidad de las actuaciones captó la atención de público y crítica.
De Latinoamérica, tuvimos la oportunidad de ver dos excelentes filmes argentinos: Elefante blanco y Wakolda. La primera, realizada en 2012, es un drama social protagonizado por el colosal Ricardo Darín, bajo la dirección de un cineasta de mano certera: Pablo Trapero. El filme refleja la historia de dos sacerdotes progresistas enfrascados en la lucha contra el narcotráfico y la corrupción de poderes. La segunda, sin dudas el trabajo más relevante hasta la fecha de la realizadora Lucía Puenzo, relata el paso del nazi Josep Mengele por el sur de Argentina; un filme digno de verse por su elegancia y profesionalismo. De la escasa cosecha cubana, nos cautivó el drama social Melaza, ópera prima del realizador Carlos Lechuga, un auténtico espejo de las miserias de la vida nacional, recreadas en el contexto rural. Película procesada en estilo y tempo no vernáculo.
De Europa nos llegó una expedición de sólidos largometrajes: Una pistola en cada mano, del español Cesc Gay, una descarnada comedia que retrata la vulnerabilidad de la identidad masculina a través de irónicas situaciones apoyadas por magníficas interpretaciones y diálogos inmejorables; La Migliore Offerta, de Giuseppe Tornatore, triunfadora de los Premios David de Donatello , reseñada de modo excelente por Roberto Madrigal en Cubaencuentro y que nos permitió disfrutar a un soberbio Geoffrey Rush; Educazione Siberiana, drama policíaco italiano de Gabriele Salvatore, protagonizado por John Malkovich, pieza de contundente narración sobre la marginalidad y la vocación criminal de una comunidad de bandidos siberianos, filme recomendable por los desempeños memorables y la excelente dirección artística.
Reality, una pieza del 2012 del destacado director Matteo Garrone (el mismo de Gomorra) que nos llegó tardíamente y cuya trama aborda el frívolo fenómeno de los reality shows, argumento que aprovecha eficazmente el cineasta para reverdecer la sátira neorrealista y regalarnos un exquisito fresco de la sociedad napolitana; La Vie d’Adele, controversial drama romántico de Abdellatif Kechiche que aborda la relación amorosa entre dos chicas, narrado con sofisticada intensidad y que de no haber pecado por algún exceso de metraje, hubiese sido tal vez el filme perfecto del 2013; La Grande Bellezza, el majestuoso filme de Paolo Sorrentino incluido en la carrera del Oscar, un poderoso proyecto visual que hace gala de inteligencia, buen gusto, erudición, poesía y logra revitalizar, junto a las piezas de Tornatore, Salvatore y Garrone, al cine italiano como referente.
Mi elección definitiva para esta temporada la integran What Maisie Knew, Educazione Siberiana, Fruitvale Station, La Vie D’Adele, La Grande Bellezza, Reality…y otra felizmente incluida en las nominaciones. Me refiero a Jagten (The Hunt), angustioso drama danés dirigido por Thomas Vinterber y protagonizado por el sobresaliente Mads Mikkelsen que recoge la historia de un maestro acusado de abuso infantil en un pequeño poblado de Dinamarca. Esta última, aunque se interprete como deserción a la tesis del post, termina siendo mi favorita. Al fin y al cabo, las nominaciones al cine extranjero son las que menos le deben a las veleidades de Hollywood.
© All rights reserved Jesús Rosado
Jesús Rosado (La Habana, 1957); historiador, crítico, curador y periodista cubano radicado en Miami desde 1996. Graduado de la facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana en 1981. Ha cursado varios posgrados sobre museología. Terminó estudios en el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos como asistente de dirección de cine. Es cofundador del Museo Memorial El Hurón Azul (casa del pintor Carlos Enríquez), así como del Museo Máximo Gómez (Quinta de los Molinos), ubicados en La Habana. Fue especialista principal del Museo Ernest Hemingway y del Museo Nacional de Bellas Artes, ambos en Cuba. Es autor de varios textos para catálogos y monografías sobre artistas visuales. Colabora con publicaciones especializadas como ArtNexus, Arte al Día y ArtPulse. Sus trabajos aparecen también en Diario de Cuba, Encuentro en la Red y Herencia Magazine.