Desde que se introdujo en nuestra sociedad actual el modo obsesivo de teclear mensajes y enviar twiters a nuestros amigos a través de teléfonos, supuestamente llamados inteligentes, la vida se ha convertido en un lugar de aforismos (y a veces axiomas) para seres más pobres… mentalmente hablando. Y es que es imposible dar lecciones continuamente a la gente. De este modo, vamos a perder el efecto justo de estas oraciones cortas y pequeños párrafos que con tanta sabiduría, nacieron a la hora de ser aplicadas.
El primero en utilizarlos fue Hipócrates para su incipiente tratado de Medicina.“El alimento que se da al que tiene fiebre, en la convalecencia le vigoriza; durante la enfermedad, le empeora”. Conclusiones sacadas de la experiencia surgida del compromiso con los enfermos, y postulados después de largo tiempo de haber estado con ellos.
Llega la Biblia y la palabra del hijo de Dios se extiende en forma de parábolas que tienen la misma función liberadora y pensativa en lo dicho. Lean un versículo según San Marcos «He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír que oiga”. Este final resume la intención cuando alguien te envía un aforismo o simplemente se dirige a tus ojos para que lo recuerdes.
Llegan más tarde los adagios «Si algo puede salir mal, saldrá mal.» ( La Ley de Murphy) basados en el lado negativo de lo que ocurre en este caso. Los apotegmas cuyo fundamento es el humor; nacen con Cicerón y cogen su punto y contrapunto en este ejemplo que les muestro a continuación: una disputa entre Juan Antonio Perón y Borges. El primero dijo : «Los peronistas somos como los gatos, cuando parece que nos estamos peleando es que nos estamos reproduciendo». El que amó tanto los anaqueles y sus contenidos de la Biblioteca Universal le responde: «los peronistas no son ni buenos ni malos, son incorregibles».
Máximas tan célebres como “uno más uno son dos” que hablan siempre de lo evidente para dar enseñanzas al que quiera huir. Epigramas “El señor don Juan de Robres /con caridad sin igual/hizo este santo hospital…/y también hizo a los pobres.” Juan de Iriarte, siglo XVIII; composiciones poéticas que hablan de la reflexión, o incluso bajo la sátira y que aclaran las consecuencias de un aparente “buen acto”.
Para ir a la síntesis, nos dejamos aún figuras que sustentan esta tesis: refranes, proverbios, alegorías…. Y es que… de seguir así, la queja del primer párrafo -en broma en broma- ha calado inconscientemente, incluso en mí, al dar ejemplo de lo que no tiene que ser una reflexión sobre el pensamiento o las conductas en el día a día.
Lo cierto es que han llenado Facebook, Twitter, Instagram, o Google + y uno, lo que hace, es jugar con ellos, más que nada, para a ver si así se cambian las reglas de comunicación entre nosotros, “los amigos”. Lo mejor cuando son seguidos – a los aforismos me refiero- son el desmontaje. Ahí van dos ejemplos que mi amiga Yanisleidis me envió. Esta cita proviene del libro sagrado del Talmud: “Tu amigo tiene un amigo, y el amigo de tu amigo tiene otro amigo; por consiguiente, sé discreto”. Respuesta: “Por eso mi amiga Yanisleidis entendí que lo que me explicaste no va a ser difundido y tomé la decisión de decírselo sólo a nuestro amigo común Pedro, el cuál me ha prometido que no se lo va a decir a Ana María. Ten por seguro que no lo va a saber nadie más, aunque debo confesarte que tengo la obligación de contárselo a mi mamá, que siempre guarda bien mis secretos en la peluquería donde trabaja y a la que siempre acudes. Te lo juro.”
O el de Juan Luís cuando envió por Facebook a todos sus colegas el tan manido : “A buen entendedor pocas palabras bastan”. Respuesta..·”Pues bien, Juan Luís, no siempre es así. Tengo un amigo que sólo me doy cuenta que entiende las cosas cuando me las explica y las repite varias veces ante mí. Así que lo siento: a veces hablar más, significa entender más.
Ahora que me he releído el escrito me doy cuenta que he sido tan pesado en insistir que hay que moderar esta figuras retóricas, que el efecto de injustificarlas, ha invertido el significado de este artículo.
Feliz Año Nuevo …que no quiere decir que tu felicidad, el uno de enero, sea vieja.
¡Vaya me olvidé que debía moderarme!
Eduard Reboll Barcelona,(Catalunya)
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