YO TE NOMBRO PÁJARO aquietado y diminuto
como en las cintas imaginarias de Sherman
en los registros evidentes de cualquier guía turística
y en los templos
como a un hijo que regresa de la guerra perturbado
y hundido en el goteo de la hora en que se vuelve
yo te nombro
desde el futuro para que existas
y también desde la tarde en el silencio
y entre las letras de tu nombre
y desde la propia vida
y desde la decisión última
y en la realidad de esa fantasía tirana
que me obliga desde siempre
y abajo con la neblina de la noche
y desde otro tiempo para nombrar tu tiempo
y sobre esa otra puerta que el tiempo dispone
yo te nombro
no sea que te conviertas en un mal irreparable
donde todo lo nocturno te pertenece
salvo en las aproximaciones al amor
y en los caminos minados de la conquista
ajeno de las sombras y de los recuerdos
en los portales y en las alamedas
yo te nombro y te miro con rigor
frente a un mundo de desiertos lleno
donde el resto de los pájaros lleva al unísono
tu nombre
lo llevo como quien entra desorientado en algún sitio
que es a la vez misterioso y conocido
te pareces a todo lo que vive
y a todo lo que tal vez sea mito en mi mente
qué puedes hacer sino atormentarme
si por todas partes sales imprevisto
así que me adhiero a tu mano de ala abierta
de caudal que avanza sin saber
qué puertos qué ecos aún no escucho
o si podía existir una mañana de sol
es decir, una palabra
es decir, polvo de alguna ventana
si acaso hay ventanas
aún no sé en qué otras estaciones
alguien nos ve cruzar
y si te encuentro
aunque por otros caminos vayas.
SECOS LOS HIGOS
Se habían secado los higos
y era esa pólvora de caracol que era un oído
y era ese dulce arder de la boca
donde se habían secado los higos
de mi pequeño mundo
de un soplo efímero
sin hacerme morir
para aliviarme de la furia
del país de la casa del barrio del hombre de una mujer
y del pájaro que se llevó al país
con la rapidez de una sombra ciega
y uno crece
y ciertamente
no es un pájaro no es una luz
no es una lista interminable lo que llena la hoja
es un código es una vida son símbolos de sangre
a cambio de la muerte
es un vaso rebosante de olvido
es un sueño de esfinge de mujeres umbrías
es un llanto que cae sobre las hojas de los árboles
más viejos
yo pude haberlo entendido
pude haber roto con el aroma de lo que nunca había sido
qué es el tiempo sino una línea inflamándose de luz sobre un espejo
ese dramático rumor de los cuerpos en la dársena
ese impulso de lo que oímos a los lejos
no era más que el susurro de un pájaro perdido
-nos unía- en ese intento de fuga
en esa impaciencia de arrancar hacia dentro
lo que pende implícito y de repente me mira
y quise escapar de la mirada
pero ya se habían secado los higos
y adentro también el poema soterrado
desgarrando de la tierra sus raíces.
YA NO
Ya no muerde tu nombre tan hermoso.
no se ajusta a los polos tu ausencia
hace tiempo la memoria de aquel río
que va pasando siempre
te mata poco a poco
y ya no naces en el indicio de la piedra
y no hay rastros de serpientes esbozadas
de una tarde
ahora que las hojas de los árboles se curvan
hacia el sur
ya no alcanzas los caminos para verte
andar por nuevas calles
y ya no me espanta tu doble
en la mesa ni en la hoja de un lirio que está rota
ni en los trazos que van por dentro
ni ya habitas en las sombras
ya no aconteces del modo en que un recuerdo
ni se habla de puertas de aceras infranqueables
de lo que somos o no somos
y de otra vez decir adiós
y ahora que ya no cabe más la noche
ya no aceleras la flor
y no anticipan las luces más bajas de la tristeza
y ya no muerde
tu nombre
ya no.
YO PISARÉ FUERTE POR LA VIDA
En los magníficos siglos futuros
el hombre se convierte en un número que anda
y en palabras llenas de ruidos que aniquilan el mañana
yo desesperada, busco
en este filo el trayecto de la bala
que entra y sale veloz
abandonada, ella, sola y abandonada
yo no elegí estas rejas
no elegí el cansancio cósmico que nos persigue
ni esta luz que se apaga
ni el presente ni la trampa
ni las hachas del tiempo que aparecen
sin más de la nada
yo desesperada, busco
nuevas dimensiones que se abran
ocultas para otros ojos
los senderos por los que vine
de frente al miedo
caminando despacio pero fuerte
y escribiendo en el cenit la utopía
y habrá tinieblas
incluso en la sonrisa del ventrílocuo
incluso en la luz de las antorchas
incluso en las palabras que perfilo
pero yo pisaré fuerte por la vida
los hombres no matarán al cordero.
© All rights reserved Yosie Crespo
Yosie Crespo (Cuba/EEUU, 1979). Nació en Cuba, es una poeta y narradora que piensa en inglés y escribe en español, textos en los cuales se encuentran las culturas cubana y anglosajona en un terreno que nunca es neutral. Se interesa por la relación dentro del poema de aquellos elementos que hacen hablar a un yo distinto del escritor que asume el texto.
Con Solárium obtuvo en 2011 el Primer Premio “Nuevos Valores de la Poesía Hispana” convocado por las Ediciones Baquiana y el CCE (Centro Cultural Español) de Miami, Estados Unidos. Ese propio año recibió Primer Premio del IV Concurso Juvenil de Poesía Federico García Lorca y fue Premio Internacional en la categoría de Cuento Corto en la Feria del Libro de Buenos Aires, Argentina. Otro de sus poemarios Como si fueran grullas fugitivas resultó finalista del Premio Paz de Poesía 2016, convocado por National Poetry Series, en Nueva York.
Tiene publicados tres libros de poesía: Solárium (2011), La ruta del pájaro sobre mi cabeza (Ediciones Torremozas, España, 2013) y Caravana (Editorial Letras Cubanas, Cuba 2018 y El Quirófano Ediciones, Ecuador 2015). Reside en Miami desde los diez años.
Para leer su poesía visitar:http://yosiecrespo.blogspot.com