EL CORTEJO. Claudio Rynka
El cortejo fúnebre se desplazaba por la ruta poco transitada en las afueras de un pequeño pueblo, cuando el coche que llevaba el ataúd rompió el palier. Era un día pegajoso y húmedo como canto de chicharra y las ventanillas iban bajas. Los autos que le seguían no atinaron a frenar y chocaron la parte … Continuado