
Me gusta conducir. Lo admito: me gusta mucho. Algunos eligen ir al cine, jugar al baloncesto o dibujar. Yo disfruto conduciendo. Puse las manos al volante de mi primer bólido cuando apenas podía sostenerme en pie. Tendría un par de años y ya sabía que aquel monstruo de metal y yo nos llevaríamos … Continuado