
LA HABANA (en la casa de Lezama Lima) A Reina María Rodríguez Qué impresionante silencio en la angosta saleta, en el exacto lugar donde la voz atronadora reclamaba cada tarde su café, en fina taza china, colado y servido con amor de madre. Remedio certero para aplacar el ritmo entrecortado, entre risotada y risotada, y … Continuado