
Pusiste un canal en español y Adriana Fonseca explicaba por qué se murió su caballo. Te entraron ganas de llorar –más por el animal que por la dueña, pues ésta seguramente se encariñará con un nuevo potrillo. Te acordaste de tus amigos teósofos, que decían que a Santo Tomás se le fue la mano con … Continuado