
En tu mordedura me dejas el intermitente harapo de supervivencia, en tu vértebra, temblorosos homicidios. Con mi quebrantada pupila cabalgo sobre el lomo del fuego. —La esperanza no trascurre en mi tiempo— Quizá por ello me he quedado solo y una espina transparente se clava en mis uñas como si fueran un reloj … Continuado