
La mujer, delgada, rostro seco, ojo de anguila, abre la puerta de la calle. Un mundo de malvones, buganvilias, cactus espinosos, flores de dragón lila y amarillo. Bajo el portal cubierto, de columnas inglesas, baldosas enceradas, una rumba de colores a mitad de la mañana. Perfume de begonias. Del cielo azul de primavera desploman rayos … Continuado