¿Qué permitimos que habite en nuestro pecho? ¿El rencor, la desesperanza, los miedos, las frustraciones? Si los sentimientos se transformaran en criaturas ¿cuáles poblarían nuestro interior? Charles Bukowski nos confesó en un poema que dentro de él vivía un pájaro azul.
Pero desconfiado de el caos que éste le pudiese engendrar, no le permitía abandonar su interior, salvo en algunas noches que se encontraban solos, ellos dos.
El pecho de Vicente Forte Sillié también aloja un ave, un PÁJARO AZUL que se ha mudado en tinta. Dato curioso, muchos de los poemas que componen este poemario dieron sus primeros trinos en la red social twitter, que es otro guiño que hace Forte Sillié al escoger el título de su libro.
Al poeta el medio que emplea para la creación no lo limita, el poeta lo moldea, le da la vuelta, lo tuerce y lo maneja de tal manera que le permita amplificar su voz.
En ciento cuarenta caracteres podemos engendrar un mundo, tal como ya lo sabían los antiguos poetas que escribían epigramas o haikus.
Con el proverbio Zen que abre el poemario: SIN FANGO NO HAY LOTO, Vicente Forte nos anticipa, acaso nos advierte la poesía con la cual conviviremos, aquella donde no debemos temer el ensuciarnos aún cuando en ocasiones no encontremos dentro de ella flor alguna.
Ese fango también puede habitar en nuestro ser, tal como leemos en el poema CRIATURA:
qué dificil
es criar el odio
cuando uno es la cuna
qué rápido
crece este niño
o también en los versos de HABITANTE:
llevo algo dentro
oscuro
agazapado
que sufre;
no sé qué es
pero tiene ganas de morder
la mano que le da de comer
Jorge Luis Borges argumentaba que el coito y los espejos son abominables, ya que multiplican de manera innecesaria al hombre, no es la simple existencia humana lo que escandalizaba al Homero argentino, sino el perpetuar su estupidez, ecos de este lamento lo encontramos en REFLEJO:
hay dias
en que odio a la gente
sus estúpidas vidas mediocres
malgastadas
en el último meme del momento
en la última cadena de oración […]
hay días
en que odio tanto
que evito pasar frente a un espejo
por temor a descubrir
que también soy uno de ellos
Además de los poemas que abren y cierran PÁJARO AZUL, el mejor homenaje que Vicente Forte Sillié hace a Bukowski lo encuentro en su poema PAISAJE MARINO:
quiero un Absolut en las rocas
largo como un malecón
para saber como sueno
cuando me estrello por dentro
En cada página, en cada palabra cuidadosamente seleccionada en estos textos, nos enfrentamos a nosotros mismos, al otro, porque como escribe Vicente Forte
somos un fragmento
de espejo roto
intentando reflejar
el paisaje completo
Es entonces cuando descubrimos el Loto que el fango ha engendrado.
Omar Villasana. México (1972)
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