El Instituto Cultural de México en Miami y el consulado de esa República en nuestra ciudad, han inaugurado el pasado 22 de octubre, en su sala de exhibiciones, la muestra Ágave y Caña, título que sintetiza através de dos productos básicos de ambos países, las estrechas relaciones históricas que existen entre la cultura y el arte mexicano y el de la mayor de las Antillas. En esta ocasión representadas por las artes visuales, en particular por la pintura, la gráfica y el cartel de artistas cubanos que radican ahora en Miami, pero que han vivido y trabajado en esa tierra hermana; creadores que enriquecieron con sus obras esta mutua, viva y provechosa nutrición.
El cónsul General José Antonio Zabalgoitia, significó en sus palabras lo cuidado de la exposición, curada por dos de los artistas participantes Aldo Menéndez e Ivonne Ferrer, quienes hicieron realidad una idea de Otón Castañeda, alentados por la directora de la Institución, Nayeli Damian. Que consigue presentar 32 exponentes de primera línea, algunos realmente piezas de museo; una rica nómina de estilos y autores que cuentan con largas trayectorias y amplio reconocimiento, empezando por imprescindibles como José Bedia cuyo cuadro La Reverencia, es todo un símbolo que preside esta colección. Dedicados a temas relacionados con México es justo destacar también las contribuciones de Carlos Luna, Consuelo Castañeda, Violeta Roque y el Árbol Místico de Lourdes Porrata.
Otras obras habían sido producidas en México, como en los casos de Segundo Planes, Carlos García, Adriano Buergo, Luis Miguel Valdés, Florencio Gelabert y Leandro Soto. Mientras muchas reflejaban el estilo con que se expresaron sus ejecutores estando en México, entre ellas las de: Arturo Cuenca, Alonso Mateo, Ciro Quintana, Baruj Salinas, Carlos Estévez, Glexis Novoa o Ana Albertina. En estas búsquedas es menester reconocer el aporte de la galeristas Silvia Dorfsman, que prestó varias importantes pinturas. La exposición fue además el marco para un lanzamiento y homenaje al maestro del cartel cubano Rene Azcuy, que durante 30 años ha formado en las universidades mexicanas una verdadera legión de afichistas; aprovechando su presencia en Miami en momentos en que se celebraba el 45 aniversario de su famoso cartel Besos Robados, cuya reedición en serigrafía, realizada por el Taller La Siempre Habana de Cuernavaca, fue firmada in situ por Azcuy.
Cuando resultó infructuoso conseguir obras en sintonía con el asunto central de Ágave y Caña -de determinados creadores que vivieron la experiencia mexicana-, entonces lo que decidió su compromiso con la muestra, estuvo dado por el sello que los identifica y la calidad de sus envíos, baste citar a: Gustavo Acosta, Alejandro Aguilera, Fernando García, Ivonne Ferrer, Yovani Bauta, Carlos Cárdenas, Cedey De Jesús, Flavio Garciandía, Yampier Sardinas, Rubén Torres Llorca, Pedro Vizcaino, etc., nombres que cuentan como valores relevantes de la diáspora cubana.
En su introducción el Maestro Aldo Menéndez puntualizó que la exposición venía a ser “…una afirmación del valor adquirido extraterritorialmente por nuestras culturas y artes; contribuciones tantas veces negadas y relegadas, como si lo que se creara en el seno de distintos territorios del mundo -fuera de las fronteras originarias-, no formara parte indivisible del patrimonio nacional, ensanchando los horizontes del intercambio cultural”. En resumen la exposición es del mismo modo un compendio de las corrientes que han pespunteado el escenario de la plástica internacional en los últimos años, con planteamientos en los que resalta el buen gusto, no exento de cualidades ornamentales bien digeridas, que se unen a inteligentes apropiaciones, e incluso, al cuestionamiento de forma intelectual, conceptual y serena de la realidad.
La muestra puso de manifiesto no solo una acertada selección de obras, sino que igual, demostró especial atención por los detalles, ofreciendo desde un magnífico catálogo con todas las pinturas reproducidas, hasta el elegante montaje de la sala, que en todo momento se vio colmada de público.
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