Gente que mira por la ventana
Heme aquí
junto a lo más odiados / del día:
inactivos, silenciosos, ayunando,
[I N V I S I B L E S] [“N O P E R S O N A S”]
sólo eso, adentro, donde se oye todo
junto a un tambor solo en la habitación
esperando
esperando
junto a granos de polvo que jamás serán silencio
en su vuelo
junto a una pared blanca donde un hombre
al otro lado apoya su oído
pendiente
de ese tambor que espera
sacar su música / que espera
junto a una ventana con huellas, llena de tierra
de un vasto suelo que se llena de
rezo y sangre luchando,
mientras haya aliento,
que avisa de que afuera
hay una ciudad como una pareja conflictiva
donde mueren cuerpos pero no ideas
sangre sangre sangre
en los bancos, en las escuelas, en las esquinas mal iluminadas
donde hay zapatos abandonados
sangre sangre sangre
en las manos de las madres
que forman esta tierra, abrazadas, llorando
y levantan estas montañas,
para la sombra del pobre diablo y el mar de lo alto
¡qué gran familia!
pidiendo dinero en la calle
pidiendo dinero en la calle cuando hacen música
rodeados de estampitas de santos, mártires, criminales,
heme aquí
rodeado de ángeles más bien ebrios
que saben hablar que comprenden
el barro, las cenizas, el polvo, las aguas
estas,
la sangre que llora sus cuerpos jóvenes,
los insectos que suben por el cáliz
esa cruz en mi frente
soy feliz aunque esté triste
sonrío aunque sufra
aquí junto a los más odiados
del día
que padecen
adentro y afuera
en geografías donde se quiere hacer
lo que en verdad hay que hacer
heme aquí
en este antiguo suelo
iniciando
Gente las Facciones viendo
En el rostro del ángel muy cerca la piel
es de oro
muy limpia porque él no cree en el tiempo,
en su frente yace todo el mar como música de origen
si uno calla;
no abre la boca pero siempre se escucha
y si uno lo besa escucha las canciones que Dios recita
para hablar
suspirando;
el mundo entra en uno de los ojos del ángel
y cuando los cierra y duerme siempre sueña con un niño:
un niño que mira el fluir de un río
arriba
entre nubes
para luego escribir
sobre el agua
con las lágrimas de su familia;
un niño que se queda quieto
mirando lo azul
del agua, de arriba
en un libro de poesía
un niño encerrado en su habitación
porque no sabe hablar
balbuceando colores
viendo llover a los padres / adentro
un niño que habla con su hermano y abuelo
muertos hace siglos
un niño que nada en su propio pecho
creando el día
un niño que se siente ajeno al mundo que lo rodea
que no entiende
y camina camina
hasta que despierta el ángel
mitad humo, eléctrico
sin saber de su hermosura
ni que su respiración, plena, suena
al origen del universo
© All rights reserved Jairo Rojas Roja
Jairo Rojas Rojas Poeta e Historiador del Arte. Reside en Mérida, Venezuela. Ha publicado los libro de poesía La Rendija de la puerta ganador de la IV Bienal de Literatura Ramón Palomares (2011), La O azul premiado en el III Concurso Nacional de Poesía de Venezuela (2012). Su tercer libro Casa para la sospecha fue merecedor del premio mención poesía en la XIX Bienal Literaria José Antonio Ramos Sucre (2013). El libro Los plegamiento del agua fue el ganador de la XX edición del premio de poesía Fernando Paz Castillo.
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