After a radioactive Wonderland
Extractos de los diarios del gato de Chesshire
¿Quién sabrá cómo suena el verdadero tañer de tu arpa, ni que pulsos secretos alimentan tu trazo de realidades paralelas…?
¿Quién podrá discernir en qué punto falta el Dragón en el sueño y por qué el conejo deambula impune mientras los gatos juegan…?
Salta de la lágrima la Virgen de Metal anunciando la tardía prenda que no se descerraja, y el té… son posos para los augures en un espacio donde el futuro es un flash back en el que los halcones burlan el lado obscuro del tiempo, ese féretro perfumado donde el hongo devora a la paloma..
Por el doblez de un plano paralelo sujetaría el cierre que se niega y abriría el sobre –sin destino conocido- de este sueño, antes de que los perros de la prisa hagan mella en el élfico brillo de los ojos, antes de que hubiera impresión de mi sombra en la retina… –y pasar como pasan siempre los aromas: despertando desde dentro los sentidos-.
Aporta nueva identidad, el código de acceso es constantemente mutado y el tiempo ahora sólo es radiación, una cuenta atrás, como todas, finalizada en su comienzo inexpresivo…
Una sola muestra de sangre haría más suave el alcaloide sólo los muertos son serios y alargados, solo los muertos no ríen, no sangran… solo los muertos no se reconocen entre sí, ni sienten la punzada acre de la Dama Negra inoculando el no-estado que consume… mientras, los caballos son siempre los primeros sacrificados y se combate (a espaldas del rey y los alfiles), deshaciendo capas hasta desnudar la resonancia…
Si es la divinidad quien baja ante los efímeros mortales… ¡¡cuán torva habrá de ser su sonrisa!!¡¡cuán grande su desaliento.. cuando me halle sin preocuparme por mi cerviz y mudo de sonrisa simple le regale un :
Te concederé tres dexeos.
ASTEROIDE
Caminaba, sin norte, embebido en la incredulidad de la bahía del Desencanto, con todo el sur amenazándome en salitre, con los oídos presos por palabras redondas, gravitales, inevitablemente preñadas de efectos retroactivos. Playeaba arenas enfrentado al poniente, sin catálogo de verbos, sin protección contra la lluvia alucinada, con la razón como una paloma acolchada volando en una locura sin espacio.
El Océano reía y yo regresaba al tiempo… a ese tiempo que pasa largo, rasposo e indiferente como un ácido lento, entretenido en desnudar los nervios, en descarnar una cartografía de cicatrices, un pálido encuentro con identidad de abismo… a ese tiempo que magnetiza ausencias y lejanías que, como alcaudones, me ensartan contra pájaros abrecartas y maderas de sándalo..
En Solitud, esferizaba las vocales, respiraba la memoria para poder curvarme así en el cálido interior de tu astronomía… pero caía en densidad hacia la nada; mientras, mis pensamientos se cometizaban inflamando empenachados ayeres, sueltas cabelleras, desencapsulados mensajes donde la tibiedad aún se mantiene a salvo… caía desposeído de órbitas estables, como ansiara a hacerlo una enana roja que intuye su próxima implosión.
Huía, rebuscando las últimas endorfinas, lacrando sacrílego los archivos para enterrarlos debajo del borde de los ojos, donde el canto de la lágrima afila al asesino que porta la sal.-Desvarío ante el daño de todo este óxido-.Salía esquivando las bocas que prendían en succión los harapos de mi Nombre, asegurando la estanqueidad de mi sonrisa, permitiendo que el gentío fuera sólo un murmullo amable resbalando sobre mi como un revoloteo de palomas.
..Mas, a pesar de todos los intentos, la noche se deslizaba mUsitando emparedada por entre los crepúsculos, alzándome y abatiéndome con sus mareas, azotando en su capricho los profundos aromas que, por decreto, debieran estar dormidos, despertando mi sombra, esa que se atrevía a arbolear en tu cintura hasta caer, dulcemente mansa, abandonada ..
Después… una y otra vez, sin descanso, asomaba el sol, en la hora de la nada, trayendo, en su aire átono, un corazón transparente como un cadáver desdeñado, como un palimpsesto mil veces reescrito, otras tantas borrado, geografiado siempre de los mismos significados… Era entonces cuando me tumbaba la tristeza como un mástil desgajado en la realidad de los naúfragos amaneceres… tomaba mi cuerpo del espejo y, arrastrándolo de las costuras, lo llenaba de profanos cantos de sirena, del respirar de los leones en reposo, y lo rodaba hacia el catre o quizás desde el, ¿quién recuerda?… lo vestía, sólo con el párpado velo, con los ojos terrosos, con las palabras… con mis palabras extenuadas, caías como caballos reventado…
La cuenta de arena sumaba la distancia… mil vece… algún millar de días… un cementerio de hojas de calendario cubierto de lápidas de silencio y amnesia… Velaba, arrojado en la aduana, entre doscontinentes, como un nómada corsario guardando su beduina palabra… sin puerto de origen…
..Solo la llama mercenaria encontraba algún resquicio por el que alumbrar El hueco, los numerales de burbujas indecisos, la ilusión obscura, cualquier asidero que permitiese la anestésica alucinación de Un sueño que en sí mismo se perpetuara… un tránsito, en suma, como extraviado sabueso en rededor de viejas huellas, delectando la arqueología del recuerdo…
Guardaba así, los ecos en la aljaba, el grito en el arco de la garganta y sorbía, a raudales, la máxima secreta que se encuentra cincelada en el borde de mi copa.
Mas tarde, caminaba, sin Norte; guardando, entre las pestañas… fragmentos… fragmentos de asterOide.
NICTÁLOPE
Sobre la cama, mudos, velados, apenas intuidos, los exangües continentes se arraciman inanes, esparcidos al desaire… gritar quisieran, lo que no pueden, mas no hay ojosluz que los camine, labios que los descarnen y enuncien, vida que calor les preste y les convoque..
Yacen rebosantes, rebosados, rebasados y siempre cardinales como un camino que a nadie engaña donde saetario apunta… banda de Möebius donde el plano es solo uno, puro hueco desolado en la sal de la certeza.
Escapan y no escampan los aromas que, como grillos, a su gravedad sujetan el peso que de las palabras pasa, piel para adentro, hacia el exacto lugar donde el veneno marca la eferencia del contacto… claman buscándote los oídos, esos que se obstinan mudos, raposamente aleccionados, amorodiando un nombre similar al mío..
Bajo los papeles, la cama, hora a hora derrotada, a veces derretida, sostiene las ganas líquidas de levantarse y huir, de tomar los rumbos que le niegan y, blasfemando tu molde ausente, abandonarte a lo perpetúo que no es si no el signo de la nada.
El cuerpo común que los habita viene arrastrándose hacia ellos, hoy de nuevo solo o quizás empapado en otro, otros cuerpos, tal vez únicamente con las semillas violadas de sus nombres… latidos apenas esbozados que van a estrellarse como gusanos grafistas y salobres contra la plana dimensión de la esperanza… aunque tal vez los pasos del agua se equivoquen y hoy toquen risas y las manos se harán cristales acariciando la piel de un cuerpo olvido de equivocado nombre…
La cama se abarloa para recibir sumisa el caudal infinito de cobres, marfiles, ébanos y cafés con leches… las palabras se hacen blandas, desencajadas tras las máscaras, mientras los papeles, como traicioneras sirenas, musitan: hoy puede ser cuando te quieras corsaria… cierra los ojos y deja que te guiemos, que te contemos todos los nombres, todos los motines, todas las islas que nuestro ser habita, todas las secretas rutas que, sin partir, vienen a nosotros… ven… ven con tus inquilinados odios y sabrás por qué, para la zorra, siempre hemos estado verdes…
© All rights reserved Milos Alda
Milos Alda. Zaragoza, España, 20 Abril de 1960. Nómada temprano… de la península ibérica a las islas afortunadas, Estados Unidos, Bosnia i Herzegovina, Croacia, Serbia, intermitencias en Italia y regreso a Zaragoza.
Coautor de varios libros corales, ha publicado en diversas revistas de España, Argentina, Colombia, Venezuela, Guatemala y Estados Unidos, siempre en su lengua materna.