Paradiso Ediciones, de Argentina, acaba de distribuir un singular ensayo en imágenes de la artista plástica local, que en trazos rápidos captura para siempre escenas, miradas, situaciones propias y características de todas las grandes urbes.
¿Nueva York? ¿Berlìn? ¿París? ¿Madrid o Buenos Aires? En cualquiera de las grandes ciudades, en nuestro siglo globalizado donde los mayores núcleos habitacionales comparten peculiaridades y realidades cotidianas comunes a sus escenografías y habitantes, podrían haber sido detenidas por Adriana Yoel (1957) estas instancias de tinta sobre blanco, que como el viejo impresionismo finisecular atienden a capturar el instante, fijarlo para siempre en la imagen obtenida. Si bien la técnica trabajada a una tinta por Yoel se diferencia del movimiento pictórico encabezado por Claude Monet (1840-1926) y Camille Pissarro (1830-1903) porque no atiende preferentemente a plasmar la luz -sus escenas en blanco y negro bien pueden tener lugar en cualquier momento de la jornada- es la característica antes señalada la que emparenta sus trabajos con la tendencia estética que asimismo incluyó a Pierre-Auguste Renoir (1841-1919), también atento a dejar sobre el soporte escenas de la vida diaria y anónima de sus retratados.
La definición de boceto remite al apunte, borrador, esbozo, toma de referencia de sentido inacabado, en trayecto hacia la complementación posterior en una obra terminada, pero en el caso de las imágenes ofrecidas por Yoel el criterio se amplía hasta alcanzar la dimensión de lo ya finalizado, aquello que no necesita retoque alguno para su conclusión definitiva. Cobra el primer plano otro de los sinónimos del boceto, el de registro. La exploración emprendida por la artista entre los múltiples modelos que le ofrece su entorno urbano supo atrapar aquellos personajes y situaciones que mejor lo representan, la presencia de lo humano y lo escenográfico combinados desde la perspectiva de una mirada inquisitiva, atenta a la médula de lo que busca representar.
A la par, no debemos descuidar una segunda condición de esa mirada, la que desde el subtítulo del volumen nos tiende su esclarecimiento de que se trata de un movimiento tanto centrípeto (desde la escena hacia la retina autoral) como centrífugo (desde la artista hacia lo representado): Bloc 2, biografía de una mirada (1) se denomina este lanzamiento de Paradiso Ediciones, y es esa condición de estar representando para ser a su vez representada la artista por lo que capta en sus obras, lo que completa una primera apreciación de los trabajos.
Desde luego, esta labor de ida y vuelta de Yoel desde su subjetividad hacia la objetividad circundante y de nuevo en sentido inverso, dejando en su desarrollo la plasmación de un fuerte clima vital, también nos remite a las obras más conocidas y reconocidas del pintor, dibujante, artista gráfico, ilustrador y grabador estadounidense Edward Hooper (1882-1967), con sus célebres Nighthawks, de 1942, Office at Night (1940), Hotel Lobby (1943) o Chop Suey (1929). Hooper, otro adicto al boceto a lápiz y bolígrafo del que se conserva una larga producción, supo captar como Adriana Yoel en Bloc 2, biografía de una mirada, atmósferas completas y resaltantes de la vida urbana, las que cualquiera de nosotros puede ver en bares, calles, plazas, sin ir muy lejos de la puerta de casa… aunque es evidente que los artistas plásticos ven mucho más allá de lo que alcanzamos a vislumbrar quienes, en definitiva, somos candidatos permanentes a servirles como modelos: las mujeres y los hombres comunes que poblamos sus obras.
Dieciséis fotografías -también en blanco y negro- continúan desde otro procedimiento técnico lo propuesto por Yoel con sus bocetos, al tiempo que completan el volumen fragmentos de escritos de los autores argentinos Américo Cristófalo (1954) y Juan José Saer (1937-2005), el alemán Walter Benjamin (1892-1940), la estadounidense Elizabeth Bishop (1911-1979) y el japonés Takuma Nakahira (1938-2015), sumando nuevas claves a las que brindan las imágenes.
¿Fija con su arte Adriana Yoel estas imágenes que nos deja para siempre en Bloc 2 para no perderlas como lo hacemos nosotros, en el laberinto de nuestra memoria sensorial, propietaria y a la vez prisionera, de una caprichosa capacidad selectiva? Tal vez la respuesta nos la dé, siquiera en parte, un fragmento del poema One Art, de la Bishop, que acierta a sumar el volumen: “El arte de perder no es difícil de manejar. / Perdí dos ciudades, preciosas. Y, más ampliamente, / algunos reinos que poseía, dos ríos, un continente. / Los añoro, pero no fue una catástrofe”(2).
La autora
Nacida en Buenos Aires en 1957, es diseñadora y directora de arte. Fotografías e ilustraciones suyas aparecieron en diversos libros y revistas de Argentina y del exterior. Publicó Bloc. Miradas, veredas y bares(Paradiso 2010).
NOTAS
(1)Paradiso Ediciones, ISBN 978-987-4170-75-0, 80 pp., Buenos Aires, 2023.
(2)Traducción de L.B.
© All rights reserved Luis Benítez
Luis Benítez nació en Buenos Aires el 10 de noviembre de 1956. Es miembro de la Academia Iberoamericana de Poesía, Capítulo de New York, (EE.UU.) con sede en la Columbia University, de la World Poetry Society (EE.UU.); de World Poets (Grecia) y del Advisory Board de Poetry Press (La India). Ha recibido numerosos reconocimientos tanto locales como internacionales, entre ellos, el Primer Premio Internacional de Poesía La Porte des Poètes (París, 1991); el Segundo Premio Bienal de la Poesía Argentina (Buenos Aires, 1992); Primer Premio Joven Literatura (Poesía) de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat (Buenos Aires, 1996); Primer Premio del Concurso Internacional de Ficción (Montevideo, 1996); Primo Premio Tuscolorum Di Poesia (Sicilia, Italia, 1996); Primer Premio de Novela Letras de Oro (Buenos Aires, 2003); Accesit 10éme. Concours International de Poésie (París, 2003) y el Premio Internacional para Obra Publicada “Macedonio Palomino” (México, 2008). Ha recibido el título de Compagnon de la Poèsie de la Association La Porte des Poètes, con sede en la Université de La Sorbonne, París, Francia. Miembro de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la República Argentina. Sus 36 libros de poesía, ensayo, narrativa y teatro fueron publicados en Argentina, Chile, España, EE.UU., Italia, México, Suecia, Venezuela y Uruguay.