En estos días en que termina el año, he estado pensando en los acontecimientos que han transcurrido a mi alrededor, incluso a mí en particular, pero siempre debemos aprender algo que nos sume en el camino.
Toda esa sucesión de episodios y personajes con quienes interactuamos a lo largo de nuestras vidas, nos dejan siempre un indiscutible ejemplo, un incentivo y mucha satisfacción para continuar. La lección también se obtiene de aquellos a quienes ofrecimos nuestro tiempo y no supieron convenir ni ofrecer nada que no fuera engordar un ego o arribismo desleal.
Estas experiencias vitales puedo reconocerlas, de manera alegórica, cuando me acerco a los lienzos y a la obra de Angela Alés.
Cuerpos de humanoides que se mezclan y diluyen entre sí, retratos cargados de pensamientos, movimientos y señales. Visiones embestidas de cierta luz proveniente del inframundo, son algunas de las representaciones que apreciamos en estas piezas de colorido movimiento, pero que al parecer se desarrollan en un entorno frío e inhóspito, aunque también podemos percibir en ellas escenas donde abundan la pasión, el amor y el deseo. Estas vistas son las que atraen la atención del espectador quien debe averiguar la narrativa que lo identifique con la escena.
Toda esta experiencia surrealista que transmite la artista desde su imaginario a través de la técnica del automatismo, va revelando una aglomeración de iconografías, cada una con mensaje propio, y para quien esté observando la obra, deberá intentar despejar en cada lienzo desde sus propios pensamientos, la realidad que la rodean y cuya interpretación puede o no ser necesariamente igual a la de su creadora.
Al fusionar las observaciones sobre cada pieza y sumar al mismo tiempo la imaginación, logramos que la esencia del objetivo surreal que analizamos nos dé un sentido del entorno con un enfoque introspectivo sobre esos mundos imaginativos y visiones de ensueño que nos plantea la creadora de estas piezas.
En estas obras el manejo de algunos elementos de estilo escultural, modelados con colores que parecen derretirse sobre el lienzo, donde aparecen ciertos entes apilados unos sobre otros, fusionados, terminan en el abismo de una escena caprichosa y abstracta. Angela Alés utiliza tonos neutros y hasta opacos para que el efecto de movimiento entre las sombras permanezca en la composición.
La artista en sus creaciones permite que su pensamiento y lenguaje pictórico se liberen en las estructuras que produce e insiste en la convivencia de un estado abstracto dentro del surrealismo en sus representaciones.
Así como en la metáfora que me planteo sobre la obra de la artista, de estos meses anteriores, he tenido la suerte de haber podido hacer contacto con personas excelentes y con otras no tan buenas. También he aprendido de aquellos momentos que no me agradaron y me quedan grandes lecciones: no todo el mundo actúa honestamente y de buena fe. El cobarde mira hacia otro lado. De los buenos momentos he disfrutado la empatía, resiliencia y apoyo en las buenas acciones emprendidas y tengo mucho que agradecer a todos aquellos que siempre son y están junto a mí, que además me alientan y ayudan a entender que más vale vivir en el canal de las vibraciones positivas sin nada que temer.
Gloria MiládelaRoca
Contacto con la artista:
angelaales43@gmail.com
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