Debo confesar que el periodismo de viajes contemporáneo ha llamado mi atención en ocasiones contadas, nunca me ha sensibilizado o inspirado a tal punto que pueda sentir las inclemencias del osado viajero que ejerce la labor de escritor itinerante. En México, esta clase de periodismo se encuentra, en su mayoría, resignado, en revistas y sitios web, en la única presentación que parece funcionar para las editoriales: la prescripción inalcanzable. Esto deviene en una experiencia dramática, que nos condena a leer cientos de entradas vacuas, lejanas al lector, hambriento de conocer los parajes más interesantes del planeta y las trepidantes nociones pluriculturales de los viajeros incesantes. Por ello me sorprendí tanto con la salida al mercado literario de El viaje romántico, ópera prima del periodista mexicano Ricardo López Sí, quien osó liberar sus más intensas jornadas viajeras en un libro maravilloso, fortalecido por un cambio de aires radical en el género periodístico.
En cinco apartados, López Si inunda la conciencia lectora con visitas a lápidas, fronteras y recuentos de alcurnia que reivindican la experiencia de un libro que habla a través de sus personajes inmanentes en la formación cultural del autor. Es difícil elegir un solo pasaje predilecto, pero, sin lugar a dudas, puedo decir que capítulos como el de la tumba de Jorge Luís Borges o la antigua residencia de exilio de Charles Chaplin me conmovieron de una manera tan especial que gocé de algunas lágrimas involuntarias.
Si usted aún no está convencido de comenzar la lectura de semejante pieza, puedo adelantarle que se encontrará cara a cara con un hombre desnudo, ampliamente sabio, sincero a más no poder e irónicamente humilde, que vaga por la tierra, en la búsqueda quijotesca de la inspiración adecuada, de la chispa correcta, de las huellas imborrables de los grandes maestros. Las hojas corren entre los dedos como el más puro de los aceites, permitiendo el paso de las voces ancestrales, que hablan a través del autor sin perder una sola gota de vehemencia, y que logran purificarse y hacerse verazmente actuales con sus anotaciones pragmáticas.
Así, uno como lector puede descubrir que el autor es un híbrido, una combinación delirante entre lo mejor de un viajero experimentado y un periodista metódico con sangre de escritor corriendo por las venas. Shakespeare, Vlad Tepes, Alejandro Magno, Lawrence de Arabia. La pléyade es inmensa y las descripciones intensas, no hay momento alguno en el que los ánimos de los ávidos lectores puedan chistar de aburrimiento (como sucede con los folletos de viajes, repetitivos hasta el cansancio), porque López Si, como decía Charles Aznavour en aquella canción veneciana, cobija nuestro amor literario en la góndola de sus aspiraciones (completadas con esmero y éxito en esta obra).
Dentro de este texto, encontré, amable lector, la imagen de un hombre que ha desgastado las yemas de sus dedos entre páginas, que ha cohabitado esta realidad junto a fantasmas y que está libre de pretensiones comerciales. Charlando alguna vez con él, descubrí su desapego por aquel lado más clásico de la industria de viajes, que mostraba a hombres estereotípicamente machos, invencibles, que recogían mujeres de cada pueblo que visitaban y siempre salían con un par de puntos sangrantes en la mejilla después sus aventuras extenuantes.
Contrario a ellos, Ricardo viaja por necesidad de vida, porque siempre ha sido un visitante obligado y porque esta actividad se encuentra ligada, hermanada, a su pluma certera. Por supuesto, El viaje romántico no es la excepción y creo que gran parte de su solidez viene impresa en el carácter de su autor, en su actitud franca.
Queda agradecer a este periodista por este visor, por estas calles, por estas experiencias vívidas y por el lenguaje amable, que también rompe el paradigma del periodista inalcanzable que se monta en el pedestal autoimpuesto de su egoísmo deleznable. No dejen de leer esta radiografía oportuna de un viajero empedernido, que se ha preocupado por aportar un valor agregado a sus aventuras, por darle la vuelta a la monotonía.
© All rights reserved César Cárdenas
César Cárdenas es estudiante de periodismo. Escribe sobre cine y literatura en Revista Purgante y FilminLatino. Ha compatibilizado su formación periodística con estudios de crítica cinematográfica.