En este 2021 se conmemora el setenta y cinco aniversario del fallecimiento de Herbert George Wells. Hoy en día se considera a Herbert George Wells el padre de la moderna ciencia ficción pero es muy posible que Wells se considerara solo un anticipador un prospectivista, del futuro de la especie humana.
Herbert George Wells (1866-1946) fue un precursor social. Conocido por sus relatos de anticipación, La máquina del tiempo, La guerra de los mundos, El hombre invisible o La isla del dr. Moreau, es menos conocido por el público lector por sus ensayos centrados en la exposición de la historia de la humanidad, La línea de la historia o Breve historia del mundo, el apoyo al sufragismo y la emancipación de la mujer, como en Ann Verónica, o la evolución de la humanidad, con El destino del homo sapiens.
Wells fue toda su vida un autodidacta. De extracción humilde y con una juventud marcada por la necesidad de saber y entender su medio, su sociedad victoriana y eduardiana en su adolescencia, juventud y madurez, fue un articulista y ensayista con la convicción que la formación del ciudadano y la transformación pacífica de la sociedad a través de un socialismo científico y reformador eran la clave para que la humanidad se liberara de las cadenas de un sistema, el capitalismo salvaje de la época, que convertía a los seres humanos en castas de privilegiados minoritarios con poder, una clase media que ejecuta lo dispuesto por los primeros y una masa de desheradados que cumplen la función de carne de cañón.
Convencido pacifista siempre habló en contra de la guerra, la carrera de armamentos y la utilización de la ciencia como herramienta de destrucción. El impacto de la primera guerra mundial fue tal en H.G. Wells que durante los años veinte y treinta del siglo XX inició campañas sociales para evitar conflictos bélicos y apoyar el intento de mediación de la fallida Sociedad de Naciones en sus iniciativas de crear una sociedad internacional contraria a la guerra.
Wells creía que la tendencia de la especie humana era la erradicación de las clases sociales, la construcción de una cosmópolis socialmente justa, la superación de los conflictos bélicos, la erradicación del patriarcado y el machismo y la igualdad de todos los seres humanos en una gran federación mundial que construyera un verdadero paraíso en la tierra. Sus ensayos sobre el futuro también pronosticaban que nuestro hogar, la tierra, no podía ser nuestro único hogar y que al final, el espacio y otros sistemas solares serían colonizados por la especie humana por necesidad y por la insaciable curiosidad de la especie.
Herbert George Wells no solo fue conocido por sus relatos de anticipación científica y social, fue conocido también por su activismo político y en concreto por ser miembro de la Sociedad Fabiana. Herbert George Wells fue por este orden republicano, federal, socialista y pacifista. Wells fue socialista y creyó que la base del progreso humano tenía que ser a través de la educación, la cultura y a la vez la erradicación de la probreza y la desigualdad. Era demasiado avanzado para la sociedad de su época. Habló de un pacto y no una imposición de una clase sobre otra, habló de un nuevo modelo de estado, un estado del bienestar donde todo el mundo debería de tener asegurado lo básico, se anticipó a la idea de una cobertura sanitaria universal, una educación obligatoria universal, un sistema de ayudas a la maternidad e incluso a la renta básica que a día de hoy está en la agenda en varios lugares del mundo.
Wells se anticipó al futuro en la ordenación internacional, abogó por un sistema de relaciones internacionales de plena igualdad. En 1916 abogó por la plena igualdad de la mujer con el hombre a nivel social, política, jurídica y económica. Las mujeres se habían ganado el derecho al voto, la igualdad para siempre.
En obras como La conspiración abierta (1928), El trabajo, la riqueza y la felicidad de la humanidad (1932) y El cerebro mundial (1938), Wells desarrolló su teoría de un gobierno mundial, la creación de una enciclopedia mundial y una red mundial educativa telmática. Estas dos últimas ideas son el anticipo del actual sistema de Internet.
En 1933 fue elegido presidente del International PEN Club, la organización de derechos de los escritores. Wells decidió realizar una campaña por unos Derechos Humanos Universales. Fue uno de los intelectuales que se movió antes, durante y despues de la segunda guerra mundial para el establecimiento de una Carta de Derechos Humanos que abarcara a toda la humanidad.
Al igual que Julio Verne, HG Wells, en sus últimos años tenía una visión pesimista de si mismo y del mundo que dejaba. La idea de una elevación de la especie humana se difuminaba tras el hongo atómico, la carnicería bélica y la incapacidad de una verdadera federación mundial. Acosado por la tuberculosis, la diabetes, la hipertensión y dolores crónicos de riñón, se refugió en su hogar de Easton Glebe, dedicado a la revisión de sus obras completas. En la tarde del 13 de agosto del año 1946 llamó a la persona que lo cuidaba y le pidió un pijama. Desde su lecho miró a los amigos que lo acompañaban en aquel momento y les dijo:
«Proseguid: yo ya lo tengo todo». Más tarde había abandonado ya nuestro mundo.
Como ya he menionado HG Wells realizó a lo largo de su vida creativa una serie de predicciones que se han ido cumpliendo con diferencias pero que han sido gérmen de nuestro presente he aquí una positiva y otra negativa:
En 1938, H.G.Wells publicó una obra que recogía una serie de conferencias bajo el título de El cerebro mundial, en la que se anticipaba Internet y una Red Mundial de Conocimientos. La Enciclopedia Mundial Permanente estaría situada en una cámara central que gestionaría toda la información recogida en todas las culturas, para después distribuirla rápidamente por todo el mundo en otras bibliotecas donde se almacenaría en microfilms. La Sede central del Cerebro Mundial sería Barcelona a propuesta de Wells. El Cerebro Mundial tendrá una función política e ideológica. En su novela de 1914 El mundo se hace libre, predice la división del átomo, el desarrollo posterior de las bombas atómicas y el lanzamiento de las mismas desde aviones. Una terrorífica anticipación de lo ocurrido desde 1939 en adelante.
El mejor homenaje que podemos rendir a Herbert George Wells es no solo leer sus novelas o sus relatos breves, es sobre todo, de forma individual y colectiva, querer saber de nuestro entorno, sobre nosotros y alcanzar una Cosmopolis libre, justa y benéfica para todos, con todos y de todos.
© All rights reserved Alberto García Gutiérrez
Alberto García Gutiérrez. Barcelona, España, 1974. Escritor, articulista, divulgador y creador del programa de radio y luego podcast Verne y Wells Ciencia Ficción. Consultor, asesor e introductor para la Editorial Gaspar & Rimbau.
Obras más recientes:
Guía de Seres Elementales y Otros Seres Fantásticos, Editorial Apache Libros.
Cuentos en el Espacio y el Tiempo, Editorial Gaspar & Rimbau
Introductor a las colecciones Recuerdos del Futuro y Recuerdos de la Tierra de los Sueños de la Editorial Gaspar & Rimbau