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Considerando el rol de la mujer y los paradigmas de la figura femenina, como muchos, me doy cuenta de la unión cósmica que existe entre esta y la madre naturaleza: un reconocimiento que a mi juicio y por medio de su videoarte, le hace Alejandra Mastro.
Resistencia. Esperanza. Sabiduría, aflicción y parto. La mujer y la madre naturaleza o mejor mencionar a las dos en estas letras como “La Pachamama”. Las que alumbran con dolor los hijos y aun así, en una revolución silenciosa, muchas veces desestimada, se convierten en el cauce vital que recorre todos los confines, para la continuación del mundo.
La creadora de este video, quien ha dedicado una importante porción de su trayectoria artística a la fotografía, nos deja en esta cinta, La Herida del Horizonte, un manifiesto que invoca a la razón humana, y su repercusión en el medio ambiente, y que además será el testimonio que el observador al enfrentarla verá reflejado en los cuatro minutos con treinta y ocho segundos de duración del video. Allí, en la quietud de la alborada, llegará el canto doliente de un ave junto a la huida de otros animales silvestres, franqueando una triste hora, amenazada por el fuego y su calor. Un tema cargado, que no permite una interpretación simple.
Las exploraciones de la creadora, acerca de la intervención geopolítica del hombre, en el espacio y el tiempo que ella designa en la obra, se sienten a la vez, tanto físicas como psicológicas. En este video se puede percibir a flor de piel, cómo huyen del lugar sus naturales y cuán efímera puede ser la vida, cuando vemos el destrozo a nuestros pies. Lo que percibimos anuncia el peligro de “La Pachamama”: la huida inminente de la vida y hasta la terminación desgarradora de la misma.
El entorno donde se produce la pieza carece de colorido, salvo la franja dolorosa que le atraviesa, como una pértiga lentamente elevada por el enemigo, lo que hace aún más dramático el momento. En esta obra, por demás sombría, imaginamos la tierra virgen con el follaje propio de la zona e iluminada teatralmente por una tenue luz que finalmente la penetra por completo.
La creadora ha utilizado este paisaje, para sugerir el acto perturbador que se ha realizado en algún lugar hermoso. Lo que al principio vemos como un amanecer en la llanura, con sus arbustos, follaje característico y el canto madrugador de las aves, de pronto se convierte en un acto misterioso y destructivo. El sonido que se incorpora a la imagen también insinúa un incidente catastrófico, donde el ciclo natural de la vida es salvajemente coaccionado.
“La Pachamama” es testigo y contexto de ella misma, atrapada entre el fuego, el agua y la fuerza humana. Un lugar de acontecimientos y acepciones, que al reflexionar acerca de esta obra, nos conllevan al objetivo de celebrar su grandeza y, a medida que se desarrolla la escena, el espectador se da cuenta lentamente de que el final pudiera ser muy diferente.
Y ya, para el ánimo de la reflexión, ofrezco la oración de los esenios, de la que os dejo un verso:
“…a las plantas, gracias;
a los animales, gracias;
a la humanidad que camina por el sendero de la evolución, gracias;”
(autor desconocido)
Gloria MiládelaRoca
Contacto con la artista:
Alejandra Mastro