Este año, circulaba entre las obras de arte y me hacía preguntas. Cruzaba los pasillos interminables con el número del stand y su correspondiente galería y casi siempre se encontraba Ella con sus plurales. Eternamente la singularidad como género y las infinitas modalidades de ser vista. Un sinnúmero de obras, principalmente, bajo un registro: la representación de la figura femenina entre distintas lecturas.
Estuve visitando las ferias de Art-Basel, Art-Miami, Context, Untilted, Spectrum, Scope, Pinta, Red Dot, Aqua, Design Miami, las galerías de Wynwood… el PAMM (Pérez Art Museum de Miami). Y en todo este mueble corporativo del arte, se ubicaba la mujer como tema o como autora en casi cada estante o casilla del mobiliario. Cierre.
La tercera revolución feminista ha aparecido en este final de la década; su protagonismo es un hecho -junto al cambio climático- en cualquier dirección o manifestación humana desde este momento en nuestro planeta Tierra.
La mujer, por las mujeres artistas.
Empecemos por una mujer enamorada de Cristo que, en su propia biosfera en el internado de monjas donde habita, alcanza su cima sintiéndose ella misma como esposa del hijo de Dios, profeta, predicadora y cantante de góspel. Estamos hablando de Sister Gertrude Morgan (PAMM) y su obra God’s Greatest Hits (Grandes éxitos de Dios) 1970. Su propia autofigura representada como un ser escogido del Supremo, nos permite una mirada única desde la reivindicación personal como individuo.
Sister Gertrude Morgan
Gina Beavers resalta en su pieza la uña rojiza que emerge en su Pink Ombre Lip, (Marianne Boesky Gallery). Viola Brey haciendo referencia a una manifestación de protesta, nos refiere al grito que surge cuando, juntas, las mujeres se encuentran mas identificadas en Nude Figures son Box with Bricks. Desde el arte literario donde la mezcla de luz de neón y escritura permiten un impacto visual en el mensaje, Andrea Bowers nos interpela en Let Boys Be feminine /sensitive a no caer bajo un concepto machista a la hora de definir a un ser masculino desde lo maternal.
Andrea Bowers
Janieta Eyre (Cristopher Cutts Gallery) juega con los distintos yoes de las muchachas para no etiquetar o prejuzgar a ninguna por su condición. Lo opuesto o lo distinto en diferentes situaciones permiten una respuesta, aunque ésta, será censurada con una cinta adhesiva en sus bocas. Michele Pred aprovecha una de las prendas imprescindibles de una mujer, su bolso, para poder urdir una reivindicación a partir de una consigna como sustituto de la marca: Me too, My Body My Choice, Vote for change… Lo hace también Sophie De Francesca (Galerie de Bellefeuille) inmortalizando el vestido como una escultura bajo hierro sostenido en Carol, 2019 y sin cuerpo que lo represente; una manera fetiche de inmortalizar la figura femenina. En cambio Ola Rondiak una artista americana de origen ucraniano, juega con la serenidad y belleza sostenida del rostro. La aureola de sus piezas, cuando cubre sus cabezas con coronas o atuendos orientales, muestra una suntuosidad dentro del desorden visual de la técnica que utiliza: el collage.
Tracey Emin (White Cube Galery) en cambio se autorretrata en gouache sobre papel para decirte un “fíjate en mi Small tears from my eyes”, 2012. Una manera de cambiar el registro de la reivindicación por el de la sensibilidad. Amoako Boafo (Mariane Ibrahim Galery) desde la diáspora africana, toma retratos de mujeres de color bajo la elegancia y la naturalidad como demanda ante un derecho que, la mayoría de las veces, queda relegado a una imagen tergiversada de la pobreza o falta de recursos. Y Elidea (Elidea Art) lo implementa en Coalesce mostrando su figura entre el erotismo dócil y la sofisticación.
La mujer, bajo la mirada de “El artista”.
Sin dar pie a una muestra más extensa decir que, muchos han sido también los hombres artistas que han interpretado a la mujer desde otra perspectiva mas objetual. Donde el atisbo –dicho por muchas mujeres en el campo del arte –cambia por un criterio en los filtros en que el género masculino las ve; muy distinto a lo que ellas evocan sobre sí mismas. Sin querer poner en tela de juicio del creador: el sentimiento o evocación de una idea visual propia que nada tiene que ver con un género determinado. Abajo, una escultura de Marco Cornini y una tela Red and Green Composition 2006 de George Condo (Opera Gallery)
George Condo Marco Cornini
Se cierra una década. La figura y lo figurativo renace. La mujer y lo femenino ocupan una parte importante en esta categoría del arte contemporáneo. Sea bajo el expresionismo, el naïf, el arte bajo los nuevos conceptos en su mezcla de géneros o la nueva digitalización. Luchas en distintos frentes. Derechos. Nuevos refugios. El sentimiento apropiado al hecho expuesto en una pieza. La protesta. La desconocida sexualización. Lo prohibido. La nueva frase visual a partir de consignas contra la violencia de género o el abuso. El secreto y lo secreto. Aquello incomprensible -…pero no por ello sin sentido- que esconde el espíritu femenino ante el arte de la mirada como sujeto de acción o como contenido en una obra propia o manos de otros. ER