Talvez la mejor manera de iniciar el año 2020, es extender la bienvenida al desenlace de esta breve reseña en dos partes, amparado en el concepto que navega en la columna Desde mi ventana. La primera mitad de mi reflexión giró en torno a la relevancia de las revistas literarias en la formación del acervo cultural hispano. En ella elaboré un segmento con información sobre algunas de las impresiones antológicas que, dentro de nuestra efímera contemporaneidad, se han publicado en y fuera del Sur de la Florida, no sin antes hacer referencia a don Marcelino Menéndez y Pelayo, considerado “antólogo de antólogos” en el mundo intelectual hispano.
Manteniendo la índole informativa de la anterior, propongo darle un vistazo a otras colecciones. Concedo que se han quedado en “las afueras” de mi opción más de uno de esos proyectos. En cuanto a los casos específicos que, sin intenciones de eclipsar a nadie, evito catalogar, diría que esto sucede porque desconozco los detalles necesarios que me permitirían formar un cuerpo descriptivo o evaluativo. Otros han sido deliberadamente ignorados por este reseñador, ya por los móviles de toque individualista o ideológico que persiguen esos cuadernos en particular… ya por una obvia carencia de calidad literaria en ellos, particularidad que, desde mi perspectiva, se manifiesta como su más rozagante elemento definidor.
Pero veamos los que he decidido visitar. En otras plataformas, he expresado, abordando un tono casi serio, que una buena parte de lo poco que he aprendido, proviene de los muertos. Coincidentemente, les comparto la modesta disponibilidad de una rica antología, en la cual se rinde homenaje a un grupo significativo de ellos. Por supuesto, me refiero al cuaderno en tapa dura que publicara Felipe Lázaro a principios de este siglo, con el título Al Pie de La Memoria: Antología de Poetas cubanos muertos en el exilio, 1959-2002. Lázaro no necesita presentación: por Betania, su casa editorial, ha caminado una buena representación de figuras literarias de valor indiscutible. Para entender la intencionalidad del volumen, baste un extracto de las palabras de este escritor y antólogo, merecedor de mis respetos por sus numerosos éxitos empresariales a favor de la literatura. La antología, nos explica el mismo compilador, “conforma un amplio arco iris de la extraordinaria poesía cubana del pasado siglo. En el libro están representados los movimientos estéticos que inspiraron a los integrantes de la Generación del 23, de la Poesía Pura, del Grupo Orígenes, del Neo-romanticismo, de la Generación del Mariel, de la Generación de los 80 y de los poetas jóvenes del exilio.” Entre ellos, destaco a Ana Rosa Núñez, Eugenio Florit, Emilia Bernal, Severo Sarduy, Reinaldo Arenas, Gastón Baquero, Roberto Valero y Heberto Padilla. Al citar este cuaderno, el chileno Alberto Baeza Flores, escritor en gran medida familiarizado con las peripecias del exilio cubano, le da aún más resonancia a la memoria de los autores que se han ido, cuando dice: “Esta antología prueba que la muerte no es la Nada, pues quedan las obras concebidas y el esfuerzo de los que se dedican a conservar y a transmitir a las nuevas generaciones el resultado de las ideas de los hombres que nos dejaron.”
Con los auspicios del Fondo de Cultura Económica, el poeta y catedrático Jesús J. Barquet de la mano de su colega Norberto Codina, publicó en el 2002 una rica selección de trabajos que abarca el panorama poético de Cuba desde el romanticismo rezagado y cosmogónico de Bonifacio Byrne hasta los avatares bi-nacionales de José Kozer en las últimas décadas. Con el título Poesía cubana del siglo XX, la antología se ha convertido en libro de consulta en instituciones académicas y bibliotecas especializadas.
De la misma época, conservo una colección de Odette Alonso que mereció una breve pero significativa mención del escritor Féliz Luis Viera, quien ahora reside y crea en Miami. En aquel entonces, al evaluar el trabajo de Alonso, Viera afirmaba: “De los 155 poetas incluidos, 47 son mujeres. Este dato no lo aporto para promocionar a las cubanas poetas, sino para promocionar a las cubanas. Según las estadísticas, hoy en día hay aproximadamente dos y medio millones de cubanos exilados en 57 países, pero ninguna estadística dice cuántos de estos exilados son mujeres; un dato que aportaría un nuevo viso sobre la tragedia de los isleños. De cualquier manera, si casi un tercio de los poetas incluidos en Antología de poesía cubana del exilio son mujeres, eso debe reconfortarnos por razones que no es necesario exponer.” De mi parte diría que la cita nos trae una curiosa observación de circunstancias en un pasado no muy lejano, que obviamente ha sufrido cambios, pues a estas alturas, las estadísticas reflejan números un poco diferentes, de acuerdo con datos frescos y fidedignos. Las razones, que no pretendo discutir en la presente tarea, como sabemos, son complejas, además de difíciles de digerir y aceptar en ciertos sectores, como sugiere con frecuencia algún que otro observador.
Una de éstos, es la doctora Milena Rodríguez Gutiérrez, titular en Filología Hispánica de la Universidad de Granada, quien publicó en el 2011 la más completa de sus compilaciones, titulada Otra Cuba secreta: Antología de poetas cubanas del XIX y del XX. Es un volumen de más de quinientas páginas que cubre un enlace más o menos cronológico de mujeres poetas, desde la Avellaneda hasta Reina María Rodríguez. En un esfuerzo totalizador, la compiladora incluye un apéndice que nos trae voces del nuevo siglo, como María Elena Cruz Varela, Zoe Valdés, Teresa Melo, Odette Alonso, Damaris Calderón, María Hernández Caballero, Alexandra Molina, y Wendy Guerra. Añado que en el 2017, esta afinada investigadora publicó otro cuaderno de similar envergadura, con un considerable número de composiciones poéticas, también creadas por mujeres. La catedrática la ha titulado Casa en que nunca he sido extraña: Las poetas hispanoamericanas: identidades, feminismos, poéticas (Siglos XIX–XXI), en Editorial Verbum. Por razones de espacio, me he propuesto analizarlo en una futura reseña.
Precisamente en el año 2013 vio la luz una propuesta antológica, La catedral sumergida: poesía cubana contemporánea escrita por mujeres. Es también una voluminosa colección que, de acuerdo con los argumentos de divulgación que acompañan al libro, aspira a ignorar las diferencias ideológicas y límites cronotópicos que separarían a un número considerable de poetas, dentro y fuera de Cuba. Aunque me luce que la meta de las directoras del cuaderno, Ileana Álvarez y Maylén Domíguez, está un poco lejos de alcanzarse, la propuesta no deja de ser un fenómeno muy interesante, particularmente, si consideramos el alto número de mujeres poetas que participan en el proyecto.
Una mezcla tan atrayente como variada, nos ofrece Ena Columbié en su edición de la antología que acarrea el título 13 poetas, salida de la prensa en el 2018. Ena, una poeta consumada radicada en Miami, alude sólida y enérgicamente al criterio que la motivó a unir en este grueso cuaderno, a un disperso número de poetas cubanos, cuando nos dice: “Sé que muchos agradecerán estas páginas como también sé que otros no compartirán mi alegría por el volumen, pero eso poco importa, ya que la muestra no es un espacio para la lisonja ni para la provocación, tampoco es una competencia de egos, sino todo lo contrario, es un regalo de voces infinitas, imposibles de enmudecer”.
Merece mención la antología Poetas cubanos en Canarias, con prólogo de Luis León Barreto, entre otras cosas, por la presencia canaria en la también isla de Cuba, que es tan evidente como el mismo sol que las alumbra. Digo esto porque una gran porción de la población en la isla proviene de aquel archipiélago lejano y a la vez cercano, en alma y DNA. La selección la hace el escritor cubano-palmero Juan Calero Rodríguez, quien al referirse al libro, manifiesta: “no hay una totalidad de autores con lo más granado, quedaron varios en el camino, que por distintas razones, no fueron incluidos; es tan solo una selección la que mostramos, más bien un retrato de familia, cuyos miembros andan dispersos por estas islas; corriendo cada uno a su suerte, unidos por su amor a la palabra y su escritura”.
Otra compilación, más reciente y un tanto menor en la suma de voces poéticas, es Viajeros: Diez poetas hiperbóreos, estructurada por la escritora y artista gráfica María Eugenia Caseiro. El programa, que incluye a poetas de la talla y calibre de Lilliam Moro, Jesús J. Barquet y la propia Caseiro, propone perseguir el mismo fin que presentan Álvarez y Domínguez, y hay quienes sugieren que es un caso sui generis en el devenir de la escritura dentro y fuera de Cuba, juicio que deduzco de los anticipos de difusión que nos ofrece Alberto Abreu Arcia, cuando enfatiza: “Mi aseveración parte del darwinismo lingüístico que históricamente han padecido las antologías cubanas. Tales cartografías no sólo han estado encaminadas a certificar la existencia de una generación, un grupo literario, la evolución de determinadas temáticas, etc.; también han contribuido a la homogenización de la norma estética, y a la construcción de un canon a partir de la validación de un corpus de obras y autores como paradigmáticos de esta o aquella generación; al tiempo que se excluyeron otras voces y obras muchas veces por razones “políticas” o “ideológicas”, más que literarias…”
Anoto en la lista, por igual, una llamativa entrega que acaba de salir del horno. Me refiero a la antología Lecturas atentas. Una visita desde la ficción y la crítica a veinte narradoras cubanas contemporáneas, esfuerzo en conjunto de Elzbieta Sklodowska y Mabel Cuesta, publicada por Almenara. En palabras de Mabel: “Se trata de veinte historias de narradoras contemporáneas a quienes solo une el estar vivas y el identificarse como cubanas aunque hayan nacido en Miami o se hayan educado en el oeste norteamericano. Da igual si viven en Buenos Aires u Holguín. Si al presentarse lo hacen relacionándose con esa isla y asimismo la solidez de sus obras las respalda, es muy posible que estén aquí. A esas veinte autoras las acompañan, discutiendo su texto de manera muy atenta, diecinueve críticas y un crítico que sí pueden tener como origen cualquier lugar del mundo. La condición para pedirles un texto de pensamiento fue que hubieran estudiado a Cuba y/o alguna de estas autoras de manera consistente. Queríamos facilitar un espacio para la conversación con todos; pero también entre ellos.” El adjetivo “controversial”, con su flirteo de conceptos como la utopía o la distopía, según el punto de vista, puede que se le adhiera en algún momento a este proyecto en particular, especialmente después de su vitoreada presentación en La Habana capital. Sin embargo, no quita que algunos de los cuadernos que aquí presento sean por igual merecedores de tan subjetivo calificativo. El tiempo lo dirá.
Ángel Velázquez Callejas es fundador de las revistas Ekatombe y Eka, que auspicia la Fundación Ego de Kafka. Se ha unido al entusiasmo antológico de fines de año que recientemente abrazó a la comunidad literaria de la Ciudad Del Sol. En asociación con Roger Castillejo Olán y Lázaro García Medina, tuvo la ingeniosa idea de hacer una selección de 29 de los poetas del área y otras localidades del globo que habían contribuido con sus entregas poemáticas en pasadas ediciones de ambos periódicos. La colección, que lleva como título, Exodus: versos desde afuera, contiene trabajos de Osmán Avilés, Lucía Ballester Ortiz, Rosa María Batista, Julio Benítez, Jesús A. Díaz Hernández [Tinito], Frank Dimas Fuentes, Nuvia Inés Estévez Machado, Denis Fortún Bouzo, Joaquín Gálvez, Margarita García Alonso, Isbel González González, Liyanis González Padrón, Yankilé Hidalgo, Jesús J. Barquet, José Antonio Lago, David Lago González, María Llarás, Kelly Martínez-Grandal, Ramón Muñiz, Yosvani Oliva Iglesias, Ricardo Pau-Llosa, Rafael Piñeiro López, Roberto Quirós, Antonio Ramos Zúñiga, Juan Carlos Recio, Arsenio Rodríguez Quintana, Manuel Sosa, Ismael Valdivia, y Manuel Vázquez Portal.
Cambiando un poco de dirección, sin salirme del ámbito literario, desde luego, me toca mencionar a un entusiasta emprendedor en este tipo de publicaciones. Me refiero al conocido escritor Luis de la Paz, a quien vemos a la derecha en la foto, en una de las tantas actividades programadas por la librería local Books & Books. Le acompañan, desde la izquierda, Rodrigo de la Luz, José Abreu Felippe, y Ángel Cuadra. Entre otras entidades, es co-fundador con los intelectuales Reinaldo Arenas, Juan Abreu, René Cifuentes, Roberto Valero, Carlos Victoria y Reinaldo García Ramos, de la desaparecida revista Mariel. Mariel fue el órgano que retrató en más de una dimensión, una de las facetas más complejas de la historia de la península en la década de los ochenta. Periodista y poeta como su colega Joaquín Gálvez, es organizador del proyecto Viernes de tertulia.
Me place felicitarlo por esta importante labor de archivo y difusión y por su aporte a la sesión especial que organizó Gálvez el pasado 7 de diciembre, para celebrar diez años de tertulias en el Café Demetrio. En esta ocasión, e invitado por el anfitrión, de la Paz hizo un inteligente recuento de las tertulias literarias históricamente creadas en Cuba, desde los primeros años como república, recalcando la continuidad de la costumbre en el Gran Miami.
Además de poseer una cosecha respetable en la poesía, narrativa, y creación de revistas, de la Paz es también responsable de la puesta en circulación de dos antologías: Soltando sorbos de vida (2013) y una publicada el pasado noviembre de este año, La floresta interminable. Por la primera de ambas publicaciones, desfilan más de 100 personalidades que representan una vibrante porción de la vivencia y desarrollo de la presencia cubana en Miami y fuera de él. Como muy bien manifiestan los reseñadores, las entrevistas se despliegan como “mosaicos de un espléndido mural que conforman, en su conjunto, el alma de una ciudad (Miami, centro del exilio cubano) y de sus gentes. Y también su historia.”
La segunda entrega tantea las creaciones estéticas de un importante grupo de poetas y escritores del patio. Este importante proyecto es auspiciado, como muchos otros que han resultado tan substanciosos como importantes, bajo la sombrilla de Artes Miami, organización creada por la doctora Aida Levitán, figura pilar del devenir cultural de nuestro condado. Aunque de contenido diferente, ambas colecciones acumulan un vasto tesoro de personalidades y producciones literarias. He aquí una cita firmada por Ena Columbié, que tomo de una fresca reseña de este nuevo cuaderno: “El libro lo conforman 34 autores nacidos entre los años 30 y 70 del siglo XX. Podemos ver algunos nombres ya establecidos en el contexto literario hispanoamericano de Estados Unidos, otros no, pero a estos últimos, la selección les afortuna permitiéndoles hacerse visibles. Es obvia la necesidad de variedad en un libro de este tipo, ya que no existe un nivel único dentro del arte y/o la literatura, y si se diera el caso, les aseguro que sería abrumadoramente aburrido.”
El párrafo anterior da pie para felicitar al poeta y escritor Joaquín Gálvez, por su liderazgo como creador y cofundador de la ahora durmiente revista Signum Nous, órgano de difusión literaria que en su corta vida dejó una marca ejemplar y es añorada por intelectuales y lectores en general. Joaquín, que aparece en la foto con el autor, es también anfitrión de La otra esquina de las palabras, tertulia literaria que en el pasado mes de diciembre cumplió diez años de ser fundada por este incansable protector de empresas ligadas a la literatura en general. Las sesiones se producen una vez al mes en el popular Café Demetrio de Coral Gables, uno de los barrios que más recuerdan nuestros nexos socio-culturales con la España de otras épocas. Sin duda, La otra esquina de las palabras, es punto clave de reunión para amantes del arte y entusiastas de las letras. Coincidentemente, hace poco acaban de publicar un artículo del escritor José Hugo Fernández. El texto es, en esencia, una espontánea reacción a la calurosa acogida que éste tuvo durante su participación como invitado a una de las más recientes sesiones tertulianas. Celebrando con Joaquín una década rica en ponencias, intercambios y diálogos de buen calibre, me aventuro a traerles un renglón de lo escrito por su invitado, quien despliega una genuina intencionalidad en el contenido. Al referirse a la tertulia, don Hugo afirma: “Si no existieran, como existen, otros enclaves semejantes o parecidos, creo que con éste bastaría para derrumbar el falso tópico que viene negándole a Miami, desde hace tiempo, una meritoria ubicación entre los buenos valedores de la cultura hispana en América”.
Y con ese elocuente enunciado, doy fin al segundo fragmento de mis observaciones del panorama de revistas, antologías y tertulias. Teniendo en cuenta más de una de las ofertas que he mencionado aquí o con anterioridad, me permito hacer una pequeña transición, para detenerme en un detalle importante: algo que no se debe ignorar. Aludo a un dato significativo… una mención que no podía faltar en este trabajo y que constituye un logro digno de celebrar. Soy justo en reconocerlo. Me place constatar la existencia de un fenómeno nunca visto antes: a finales de la segunda década de este siglo, contamos, no sólo con un impresionante número de mujeres poetas de trascendencia indiscutible que se multiplica día a día. Contamos también con la feliz circunstancia de que la creciente cantidad de mujeres antólogas que pueblan los mundos cibernéticos y de la imprenta, es ya una realidad.
Camino al cierre, reitero que, más que profundizar con conatos de crítica literaria en las ofertas a que apuntan mis reflexiones, me he limitado a compartir información sobre la abundancia y calidad de esas actividades de expresión y difusión, particularmente las que echan raíces en el área metropolitana del sur peninsular. Sin duda, ellas son parte de la idiosincrasia que nos conforma y define como miembro peculiar de un conglomerado mayor de comunidades. Este conjunto de publicaciones digitales, algunas de ellas con habituales ediciones en papel, más el cúmulo de periódicas sesiones conversacionales, como talleres, peñas o tertulias, convenciones, ferias y presentaciones de libros, donde abundan y se sondean discusiones, exposiciones e intercambios de pareceres, constituye un verdadero microcosmos del merecido espacio que ocupan la literatura y arte hispanos en el resto de los Estados Unidos y el mundo. Espero que los argumentos que he ofrecido en las dos partes de la reseña, hayan estimulado las posibilidades de que mi hipótesis sea plausible. De igual manera, constituiría un enorme placer para mí, saber que por lo menos uno de los lectores se habrá entusiasmado con la idea de comprar algún que otro de estos ejemplares o solicitar de su biblioteca regional, que los adquiera, con vistas a una mayor participación en el buen hábito de la lectura seria, con un discreto y subliminal apoyo a la labor de los autores, que tanto se necesita.
Les deseo a todos un año saludable, feliz, productivo, en el que reine la armonía y comprensión entre todos los que conformamos este hacendoso vecindario de naciones. Hasta la próxima…muchas gracias… y buen provecho.
© All rights reserved Héctor Manuel Gutiérrez
Héctor Manuel Gutiérrez, Miami, ha realizado trabajos de investigación periodística y contribuido con poemas, ensayos, cuentos y prosa poética para Latin Beat Magazine, Latino Stuff Review, Nagari, Poetas y Escritores Miami, Signum Nous, Suburbano, Ekatombe, Eka Magazine y Nomenclatura, de la Universidad de Kentucky. Ha sido reportero independiente para los servicios de “Enfoque Nacional”, “Panorama Hispano” y “Latin American News Service” en la cadena difusora Radio Pública Nacional [NPR]. Cursó estudios de lenguas romances y música en City University of New York [CUNY]. Obtuvo su maestría en español y doctorado en filosofía y letras de la Universidad Internacional de la Florida [FIU]. Es miembro de National Collegiate Hispanic Honor Society [Sigma Delta Pi], Modern Language Association [MLA], y Florida Foreign Language Association [FFLA]. Creador de un sub-género literario que llama cuarentenas, es autor de los libros CUARENTENAS, Authorhouse, marzo de 2011, CUARENTENAS: SEGUNDA EDICIÓN, agosto de 2015, y CUANDO EL VIENTO ES AMIGO, iUniverse, abril del 2019. Les da los toques finales a dos próximos libros, AUTORÍA: ENSAYOS AL REVERSO, antología de ensayos con temas diversos, y LA UTOPÍA INTERIOR, estudio analítico de la ensayística de Ernesto Sábato.