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Noviembre 2019

ARE YOU JEWISH? AND OTHER POEMS/¿ERES JUDÍO? Y OTROS POEMAS. George Franklin. Traducción al español Ximena Gómez

Are You Jewish?

Three Lubavitcher kids stop me on

Lincoln Rd.  “Are you Jewish,” they ask.

I smile politely, keep moving and

Say, “Not now.”

“You’re Jewish all the time,”

One replies.  Lubavitcher kids get

All the best lines.

I’ve never put on

Phylacteries in my life, and I

Don’t go to shul, keep the sabbath, light

Candles, or turn down a Maine lobster.

Clearly, I’m not observant.  I can

Say the quick version of the kiddush

Before the wine, the motzi over

Bread.  Otherwise, I’m short on blessings.

I’m exactly the kind of bad Jew

The kids want to take to their Mitzvah-

Mobile and teach how to recite some

Prayers in Hebrew.  Still, I don’t think

That would make me Jewish.  I’m too far

From the God I talk to when I shave,

The one who made the world so broken.

 

I read about a woman tortured

In Syria, an artist.  I see

Her drawings of other women who

Were in prison with her and tortured

As she was.  Her drawings have strong lines

And remind me of Kathe Kollwitz.

The pain doesn’t radiate out as

Much as it collapses into the

Figure, a black hole strong enough to

Pull all the stars inside.

In Israel,

The rabbis say you’re Jewish if your

Mother was Jewish, going all the

Way back to Eve, I guess.  To me, it’s

Different.  You’re Jewish if you look

For God in the world and can’t find him,

If you look at portraits by a young

Woman who was tortured and you want

To go into a bathroom somewhere

And cry, if you know the angelic

Cavalry always arrives too late.

 

Next week, the Lubavitcher kids will

Stand at the same spot on Lincoln Rd.,

Blocking the sidewalk, believing that the

World will be redeemed and Moshiac

Will come if just one more bad Jew like

Me puts on phylacteries and prays.

 

Much as I’d like to join them, I won’t.

 

 

¿Eres judío?

 

Tres chicos Lubavitch me detienen

En Lincoln Road. – ¿Eres judío? Me preguntan.

Les sonrió con amabilidad, sigo andando y les digo:

-Ahora no.

-Eres judío todo el tiempo-

Responde uno de ellos. A los chicos

Lubavitch les dan los mejores libretos.

Nunca En mi vida me he puesto filacterias,

No voy al shul, no guardo el Sabbat,

No enciendo velas, ni rechazo una langosta

De Maine. Es obvio que no soy observante.

Puedo decir la versión corta del kiddush

Antes del vino, el motzi para bendecir el pan.

Fuera de eso, soy escaso en bendiciones.

Soy exactamente la clase de judío que

Los chicos quieren llevar a su mitzvah móvil

Y enseñarle como recitar algunas oraciones

En hebreo. Pero no creo que eso me haga

Judío. Estoy muy alejado del dios al que

Le hablo cuando me afeito, del que hace

De este mundo algo tan maltrecho. 

 

Leo acerca de una mujer torturada

En Siria, una artista. Veo sus dibujos

De otras mujeres que estuvieron en prisión

Con ella y fueron torturadas como ella.

Sus dibujos tienen líneas vigorosas

Y me recuerdan a Kathe Kollwitz.

El dolor no irradia hacia afuera tanto

Como se contrae dentro de las

Figuras, un agujero negro tan fuerte que

Se chupa todas las estrellas.

       En Israel,

Los rabís dicen que eres judío

Si tu madre es judía, retrocediendo

En el tiempo hasta Eva, me imagino.

Para mí es diferente. Eres judío si

Buscas a Dios en el mundo y no puedes

Encontrarlo, si miras retratos hechos

Por una mujer joven que fue torturada y

Quieres ir a un baño en algún sitio y llorar,

Si sabes que la caballería de ángeles

llega siempre demasiado tarde. 

 

La próxima semana, los chicos Lubavitch

Estarán en el mismo lugar de

Lincoln Road, bloqueando la acera,

Creyendo que el mundo será redimido

Y Moshiac vendrá si solo otro mal judío

Como yo se pone filacterias y ora.

 

Aunque me encantaría acompañarlos, no lo haré. 

 

A Friend Writes

For Maria Gogni & Alejandro M. Drewes

 

A friend writes it’s raining in Buenos Aires.

Sky and street are the same color.  Windows

Are blurred, fogged at the edges, and the soft

Figures of children in yellow raincoats float

Leaf-like along the pavement.  No one

Sits outside in the cafés.  Even the mannequins

In evening gowns and high heels frown

As water pools outside the thick glass

That separates them from the sidewalk and

Traffic.  If it rained for forty days, what

Would you save on your ark?  What books would

You take with you?  What paintings would you

Keep dry?  Would you arrange memories of

Your city with their spines neatly shelved in

Alphabetical order?  Would you remember

Monuments in the cemetery, a bar where you

And Alejandro ordered carafes of young

Wine, where the waiters always smiled at you

Then returned to cigarettes, arguments over

Football?  And the poems, which would you

Rescue: Pizarnik, Paz, Rilke, Borges, Paul Celan?

Which would you read aloud as waves slap

Against the wooden hull and rain splatters on the

Deck above your head?  From a window on

The top floor of the library, someone is

Looking down at the cars and water, buses and

Trucks, at the brown wake splashing behind them.

Streetlamps glow in pale afternoon light.

 

 

Una amiga escribe

A María Gogni y Alejandro M. Drewes

 

Una amiga escribe, llueve en Buenos Aires.

El cielo y la calle son del mismo color,

Las ventanas están nubladas, empañadas

En los bordes, y las vagas figuras de niños

Con impermeable amarillo flotan como hojas

A lo largo del asfalto. Nadie está sentado

Afuera en los cafés. Incluso los maniquís

En vestido de noche y tacones altos

Fruncen el ceño, mientras el agua se empoza

Fuera del grueso vidrio que los separa

De la acera y el tráfico.  Si lloviera por

Cuarenta días, ¿Qué guardarías en tu arca?

¿Qué libros te llevarías contigo? ¿Qué pinturas

Guardarías secas? ¿Organizarías los recuerdos

De tu ciudad cuidadosamente en estantes,

Con sus lomos en orden alfabético?

Recordarías monumentos en el cementerio,

Un bar donde tú y Alejandro ordenaran

Garrafas de vino joven, donde

Los camareros siempre te sonrieran,

Luego regresaran a sus cigarros,

Discutieran sobre fútbol? ¿Y qué poemas

Rescatarías, Pizarnik, Paz, Rilke, Borges,

Paul Celan? Cuáles leerías en voz alta,

Mientras las olas chocan con el casco

De madera y la lluvia salpica el muelle

Sobre tu cabeza? Desde una ventana

Del último piso de la biblioteca alguien

Mira hacia abajo los carros y la calle,

Los buses y camiones, la estela parda

Que salpica detrás de ellos.  Las farolas

Brillan en la luz pálida de la tarde.

 

How to Make a Golem

 

It’s Rosh Hashanah, and I’m not in

Shul.  Instead, I’m sitting here thinking

About golems and Judah Loew in Prague,

Who wrote the name of God in the clay

On its forehead, the same clay that shaped

Adam.  I don’t even know what year

Starts now, how many cycles since the

Creation, the flood, the exodus.

No golem intervened to save Jews

In the last century or the one

Before that.  Can a golem be made

Out of bones?  These are the days of awe,

The gates open 24/7

To hear prayers, accept repentance.

Are they closed then the rest of the time?

In Syria, they need a golem,

Or in Nicaragua, in Ukraine.

Or the Rohingya in Myanmar—

They could use a golem too.  Is there

An instruction manual to make

A man out of clay, a monster on

The side of angels?

  Prepare yourself

For two days—who knows when the sun sets

In Jerusalem?  Then, take the bones

Of martyrs and grind them like hard wheat.

Wet them with your spit, tears, so they won’t

Blow away in the innocent breeze,

Mixing with sand and clouds.  Dig the clay

From a riverbed where no one has

Ever drowned crossing to escape the

Pharaoh’s bright chariots.  Do not try

To stir the bone paste and the red clay.

Just put them in an urn on a night

With no moon.  In the morning, a child

Will crawl out, silent, bloody.  Clothe him,

Feed him, and on Rosh Hashanah

Write God’s name on his forehead.  He will

Stand up and stare at you, but then he’ll

Walk away.  You are not Rabbi Loew.

Prague is as distant as heaven.

 

 

Cómo se hace un Golem

 

Es Rosh Hashaná y no estoy

En la sinagoga. Aquí sentado, pienso

en el Golem y en Judah Loew en Praga,

Quien escribió el nombre de Dios en arcilla,

En su frente, la misma arcilla que formó a Adán.

Ni siquiera sé qué año empieza ahora,

Cuántos ciclos hay desde la creación

Las inundaciones, el éxodo,

Ningún Golem intercedió para salvar a

Los judíos en el siglo pasado o antes de él.

¿Puede un Golem hacerse con huesos?

Estos son los días temibles, las puertas

Están abiertas las 24 horas para oír

Las oraciones, aceptar arrepentimiento.

¿Están cerradas el resto del tiempo?  

En Siria necesitan un Golem, o en Nicaragua

En Ucrania, o los rohingyas en Miramar

Pueden también utilizar un Golem.

¿Hay un manual de instrucciones para

Hacer un hombre de arcilla, un monstruo

Cercano a los ángeles?

 

                                                Prepárese

Por dos días, ¡Quién sabe cuándo se pone el sol

En Jerusalén! Luego tome los huesos

De los mártires y muélalos como trigo duro.

Mójelos con su saliva y lagrimas, para que

No los arrastre la brisa inocente

Y los mescle con arena y nubes. Cave

La tierra del lecho del río, donde nadie

Se haya ahogado nunca al cruzarlo,

Para huir de los carros brillantes del faraón.

No trate de mezclar la pasta de hueso y la

Arcilla roja. Sólo póngalos en una urna

En una noche sin luna. Por la mañana,

Un niño saldrá gateando en silencio,

Ensangrentado. Vístalo, aliméntelo

Y en Rosh Hashaná, escriba el nombre

De Dios en su frente. El so pondrá de pie

Y lo mirará fijamente, pero luego se irá.

Usted no es el Rabino Loew.   

Praga está tan lejos como el cielo.     

 

© All rights reserved George Franklin

© All rights reserved for translation Ximena Gómez

 

George Franklin es autor de dos poemarios: Traveling for No Good Reason (Sheila-Na-Gig Editions 2018) y un poemario bilingüe, Among the Ruins / Entre las ruinas, traducido por Ximena Gómez al español (Katakana Editores 2018) además de un folleto que publicó Broadsided Press (2019). Su trabajo de traducción en colaboración con Ximena Gómez se ha publicado en Cagibi, Sheila-Na-Gig, Cigar City Poetry Journal, Two Chairs, y The Laurel Review. Obtuvo una Maestría en Poesía de la Universidad de Columbia y un Doctorado en Literatura Inglesa y Americana de la Universidad de Brandeis. George Franklin es abogado, practica el derecho en Miami e imparte talleres de poesía en las cárceles del Estado de La Florida.

George Franklin is the author of two poetry collections: Traveling for No Good Reason (Sheila-Na-Gig Editions 2018) and a bilingual collection, Among the Ruins / Entre las ruinas, translated by Ximena Gómez (Katakana Editores 2018) and a broadside from Broadsided Press (2019).  He received his MFA in Poetry from Columbia University and his PhD in English and American Literature from Brandeis University, and his co-translations with Ximena Gómez of her poems have appeared in Cagibi, Sheila-Na-Gig, Cigar City Poetry Journal, Two Chairs, and The Laurel Review.  Currently, he practices law in Miami and teaches poetry workshops in Florida state prisons.

 

Ximena Gómez es colombiana, escribe poesía y cuentos, es traductora y psicóloga y actualmente vive en Miami. Sus poemas han aparecido en varias revistas en español, como Nagari, Conexos, Círculo de Poesía, Carátula, Raíz Invertida, Alastor, Ligeia, La Libélula Vaga y Espacio poético 4. Poemas suyos traducidos al inglés en colaboración con George Franklin se han publicado en Sheila-Na-Gig, Cigar City Journal, Two Chairs, The Laurel Review y Cagibi y el poema que da el título a este libro “último día” /Last Day fue finalista para el premio lo mejor de la red en el 2018 (The Best of the Net). Su poemario “Habitación con moscas” fue publicado por Ediciones Torremozas (Madrid 2016). Ha sido incluida en varias antologías, entre ellas en la Nueva poesía y narrativa hispanoamericana del siglo XXI, Lord Byron Ediciones (Madrid 2017), Aquí ellas en Miami (Katacana Editores, Miami, 2018), Todas Las mujeres -Fulanas y menganas- (Ediciones Funcionarte Books, 2018) Crear en femenino (Editorial Silueta, Miami 2017). Ximena es la traductora del poemario bilingüe de George Franklin Among the Ruins / Entre las ruinas editado por Katakana Editores (Miami 2018).

Ximena Gómez is a Colombian poet, short-story writer, translator, and psychologist, currently living in Miami. Her work has appeared in numerous journals, including Nagari, Conexos, Círculo de Poesía, Raíz Invertida, Alastor, Carátula, Ligeia, La Libélula Vaga, and Espacio poético 4. English translations of her poems, done in collaboration with George Franklin, have been published in Sheila-Na-Gig, Cigar City Journal, Two Chairs, The Laurel Review and Cagibi, and the title poem of this book, “Ultima día/Last Day,” was a finalist for The Best of the Net award in 2018. Her collection of poems “Habitación con moscas” (Room with Flies) was published by Ediciones Torremozas (Madrid 2016). Her work has been included in various anthologies, such as Nueva poesía y narrativa hispanoamericana del siglo XXI, Lord Byron Ediciones (Madrid 2017), Aquí ellas en Miami (Katakana Editores, Miami, 2018), Todas Las mujeres -Fulanas y menganas- (Ediciones Funcionarte Books, 2018) Crear en femenino (Editorial Silueta, Miami 2017). Her translation of George Franklin’s Among the Ruins / Entre las ruinas was published by Katakana Editores (Miami 2018).

 

Luis Benitez, Gracias por estas palabras generosas. Estoy abrumado. George
La poesía es el más exigente de todos los géneros literarios y descubrir a alguien como George Franklin, que cumple cabalmente con todos sus requisitos, es una experiencia memorable. Disfruté (como no me sucedía desde hace mucho, mucho tiempo) la lectura de Among the ruins, que tuve el honor de comentar para NAGARI, y ahora, leyendo esta nueva selección de las obras de Franklin, confirmo la excelente opinión que tengo acerca de sus trabajos. Alguien que tiene mucho que decir y sabe cómo hacerlo; alguien que no abusa de la metáfora, sino que se sirve de ella para expresarse; un poeta genuino, bien del género, que nos devuelve duplicado aquello que buscamos al abrir uno de sus libros. Le deseo al poeta la mayor difusión posible de sus textos, que definitivamente se la merecen, así como los lectores de poesía nos merecemos conocerlos, y le expreso a NAGARI y a Katakana Editores mi mayor agradecimiento por permitirnos acceder a la obra de este talentoso poeta contemporáneo. Luis Benítez, desde Buenos Aires.

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