TRASTORNO
Está hecho un toro, trabaja como un burro, corre como un galgo, tiene memoria de pez, está sano como una manzana, habla por los codos, duerme como un lirón, ve como un lince, sonríe como una hiena y llora como una magdalena. Sin duda, sufre trastorno múltiple de personalidad.
INVENTOR MEGALÓMANO
Desde pequeñito, al narcisista Esteban le gustaba ser el centro de atención y necesitaba el reconocimiento continuo. A la edad adulta ideó una larga serie de inventos a cual más sorprendente. Fue el inventor del espejo con memoria, del detector de la felicidad, de la máquina de hacer silencios, del GPS sentimental, de la máquina de los abrazos, de los guantes con huella, del ritual para provocar la lluvia, del detector de microrrelatos y del libro infinito. Pero los inventos que de ver- dad le catapultaron a la fama fueron el paraguas para enamorarse junto con la vacuna del amor.
FETICHISMO
Ya no está solo desde que encontró a su Galatea. Es una mujer perfecta, joven, dó- cil y callada. Se ha olvidado de quejas, enojos o infidelidades. Galatea le da seguridad. Cómo le gustaría pasar toda la vida junto a ella. Cada mañana la baña, la viste y luego la maquilla un poquito. Su relación es perfecta.
PEQUEÑA VENGANZA
Dos hombres de aspecto salvaje allanan mi casa y, cuchillo, machete y garfio en mano, me exigen que escriba un cuento de piratas. Ajeno al peligro que puedo correr, los ignoro y, como cada sábado, escribo una sencilla historia de amor.
CONFIADA
Aunque se preciaba de escéptica, regresa- ba con una botella de vino y seguía haciendo café para dos.
LA CITA
Hoy es martes, y como todos los martes y jueves debería acudir a la cita con el psicoanalista, pero he pasado la noche en blanco y no me apetece volver de nuevo sobre aquel sueño infantil, demasiado atroz para que evoque serenamente aquí el naufragio del buque fantasma.
DESENCUENTRO
Ulises ideó la estratagema de fingir estar loco, pero no le sirvió de mucho, a regaña- dientes no tuvo más remedio que unirse a la flota que partió hacia Troya. Tras veinte años de ausencia, Ulises regresa a casa y encuentra a su esposa Penélope apenas reconocible. Se había cambiado la nariz, rellenado pómulos y labios y aumentado el volumen de sus senos. De mutuo acuerdo decidieron darse un tiempo más de respiro: ella seguiría ocupándose de sus retoques y él se lanzaría a la obsesión diaria del gimnasio.
PSICOSIS
Estaba acostumbrado a escuchar voces, pero empezó a inquietarse cuando esas voces se confabularon para pedirle que matara a su ser más querido. Por eso, lector, aquí te entrega sus fragmentos.
Estos textos pertenecen al libro en preparación y de próxima publicación “Minficciones de diván”, Piediciones, 2018
© All rights reserved Atilano Sevillano
Atilano Sevillano [Argusino de Sayago- Zamora (España), 1954] Residente en Valladolid (España). Doctor en Filología Hispánica y Lcdo. en Teoría de la literatura y Literatura comparada. Ha realizado estudios de Psicología. Ha ejercido la docencia como profesor de Lengua y Literatura en Enseñanza Secundaria.
Imparte talleres de escritura creativa (poesía, haiku y microrrelatos). Cultiva la poesía visual. Ha cofundado y codirigido la revista literaria salmantina Aljaba y las barcelonesas Poiesis y Cármenes. Colabora en diversas revistas literarias españolas y latinoamericanas. Es coautor del libro de texto Literatura española y universal (1999). Tiene publicados dos poemarios: Presencia indebida (1999) con prólogo del poeta zamorano Claudio Rodríguez y Hojas volanderas – haikus (2008). Hasta la fecha ha reunido sus relatos breves e hiperbreves en tres libros: De los derroteros de la palabra (Celya, 2010), Lady Ofelia y otros microrrelatos ( Amarante, 2015) y Al pie de la letra. Microrrelato de la A a la Z ( PiEdiciones, 2017). Ha participado en numerosas antologías y obras colectivas.